¿Es One Cycling el futuro? Análisis en profundidad de la Superliga de ciclismo

Ciclismo
domingo, 23 febrero 2025 en 16:13
jonasvingegaard tadejpogacar

Este sábado, se dio a conocer que el proyecto de la Superliga de ciclismo es una realidad. Está todo preparado para que se inicie en 2026. Solo la ASO está intentando evitar que se produzca.

One Cycling generará tanta expectación como controversia en el mundo del ciclismo. El proyecto tratará de remodelar el ciclismo profesional introduciendo un nuevo modelo económico, formatos de carrera y un ambicioso calendario diseñado para acercar a equipos, corredores y aficionados en un universo ciclista modernizado.

Con un importante respaldo financiero de inversores saudíes y el apoyo de algunas de las figuras más importantes del ciclismo, el proyecto ha sido aclamado por algunos como una revolución necesaria en un deporte criticado durante mucho tiempo por su estructura "anticuada".

Al mismo tiempo, se enfrenta a la feroz oposición de los organizadores establecidos y plantea cuestiones importantes sobre la ética, la tradición y el futuro del ciclismo.

Así pues, dediquemos un momento a analizar OneCycling, ¿qué es el proyecto? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y débiles? ¿Y qué otros deportes han emprendido iniciativas similares?

¿Cuál es la visión?

Así pues, la visión financiera en la que se basa One Cycling es sin duda uno de sus puntos fuertes más convincentes. En una época en la que los equipos ciclistas profesionales han dependido tradicionalmente de acuerdos de patrocinio (un modelo a menudo considerado inestable), la promesa de un incentivo directo en metálico ha captado la atención de la mayoría de los equipos, y con razón.

Informes de Cyclist indican que el proyecto cuenta con un presupuesto de 300 millones de dólares. Esta inversión está diseñada para proporcionar a los equipos un nivel de estabilidad financiera que les permita invertir más en rendimiento, infraestructura e innovación.

Personajes como Richard Plugge, Director General del equipo Visma - Lease a Bike, han estado a la vanguardia de la promoción de esta idea, argumentando que "el ciclismo es un gigante dormido" que necesita una base financiera mejor y más segura (Cyclist).

El modelo propuesto no se limita a repartir dinero en efectivo, sino que representa un replanteamiento más amplio de la forma en que los equipos obtienen ingresos. En lugar de depender únicamente de los patrocinadores, los equipos podrían recibir ingresos de una parte de los derechos de retransmisión, la venta de entradas y los paquetes VIP.

¿Hasta aquí todo bien? Sí, a estas alturas se puede ver por qué el deporte podría beneficiarse enormemente de esto.

El proyecto también supondría un cambio en el estilo de las carreras, que es donde algunos aficionados y equipos podrían empezar a cuestionarse. En lugar de las tradicionales carreras de larga duración, el proyecto prevé una serie de carreras cortas de criterium en el centro de las ciudades, que podrían celebrarse en circuitos de F1.

Este formato promete llevar el ciclismo a entornos urbanos donde los espectadores tengan la oportunidad de ver la carrera varias veces en un mismo día. La idea es crear un espectáculo concentrado y atractivo que maximice la venta de entradas y mejore la experiencia general de los aficionados.

Este es sin duda un primer punto de control en el que el ciclismo debe tener cuidado para no perder el deporte en busca de ganancias comerciales. ¿Hasta dónde debe llegar el deporte en su intento de obtener más ingresos?

Esto nos lleva a la resistencia a One Cycling.

¿Quién está en contra del proyecto?

A pesar de estas prometedoras innovaciones, One Cycling se enfrenta a importantes retos, entre los que destaca la oposición de los organizadores tradicionales, como ASO (el grupo detrás del Tour de Francia y la Vuelta a España) y RCS, que organiza el Giro de Italia, que, como era de esperar, no han apoyado la iniciativa.

El director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, ha rechazado tajantemente la iniciativa, afirmando que "no le interesa" e insinuando que el proyecto corre el riesgo de socavar las tradiciones centenarias que definen este deporte al hablar con Cyclism'Actu..

¿Qué significaría One Cycling para el Tour de Francia?
¿Qué significaría One Cycling para el Tour de Francia?

Aunque los organizadores de las grandes vueltas siempre iban a tener este punto de vista, no les falta razón. El ciclismo es un deporte muy rico en cultura y tradición, y cualquier iniciativa no debería alejarse de ello, sino potenciarlo en la era moderna.

El jefe de la UCI, David Lappartient, ha declarado que las nuevas carreras funcionarán dentro del sistema actual, garantizando que se mantengan la seguridad de los corredores, el cumplimiento de la normativa y las reglas de competición establecidas.

Sin embargo, muchos detalles operativos siguen siendo ambiguos, especialmente en lo que respecta a la relación entre One Cycling y el sistema de puntos de la UCI, que ya es bastante confuso. Este sistema, que es fundamental para determinar la clasificación y el estatus de los equipos, podría verse perturbado por una serie paralela que no se alinea perfectamente con el calendario tradicional.

Y todos sabemos que lo último que necesita el ciclismo es complicar aún más las cosas.

La falta de claridad sobre la programación, el descenso de los equipos y la elegibilidad de los corredores introduce un elemento de incertidumbre que podría dar lugar a conflictos logísticos y problemas de gobernanza. Si las carreras de One Cycling acaban coincidiendo con eventos ya establecidos o si la asignación de puntos de la UCI se vuelve conflictiva, el proyecto podría enfrentarse a retos reglamentarios adicionales. En última instancia, la promesa de innovación debe equilibrarse con la necesidad de continuidad.

¿Puede el ciclismo aprender de otros deportes?

Para comprender la trayectoria potencial de One Cycling, es útil compararla con iniciativas similares en otros deportes.

La Superliga europea de fútbol, por ejemplo, se concibió como una forma de generar nuevas fuentes de ingresos y ofrecer más partidos entre los mejores equipos de Europa. Pregúntele a cualquier aficionado cómo fue recibida la noticia.

Aunque la Superliga europea no tardó en fracasar entre las protestas de los aficionados y las reacciones políticas, su breve existencia nos ha enseñado los peligros de alienar a los aficionados y a los corredores. El deporte se está convirtiendo cada vez más en un negocio, pero los aficionados y los deportistas no siempre lo aceptarán si pueden evitarlo.

Del mismo modo, LIV Golf, otra empresa respaldada por Arabia Saudí, ha sido noticia por su intento de alterar el orden establecido en el golf profesional. Pero las batallas legales y las disputas normativas que siguieron ponen de relieve los riesgos inherentes a cualquier proyecto que pretenda derribar sistemas arraigados.

Ejemplos históricos del mundo del deporte demuestran que no se trata necesariamente de un problema nuevo. A finales de la década de 1970, las Series Mundiales de Cricket, iniciadas por Kerry Packer, desafiaron al sistema tradicional de cricket con innovaciones como la ropa de color y los partidos nocturnos. Aunque al principio se encontraron con resistencia, muchas de estas innovaciones acabaron siendo adoptadas por la corriente dominante del cricket y ayudaron a modernizar este deporte.

Del mismo modo, la Liga de Fútbol Americano (AFL) de los años sesenta desafió a la NFL con nuevas ideas sobre el estilo de juego, el marketing y el reparto de ingresos, y acabó fusionándose con la NFL para crear una liga más dinámica y con más éxito comercial. Estos casos ilustran que las iniciativas disruptivas, si se negocian e integran cuidadosamente, pueden obligar a las instituciones establecidas a innovar al tiempo que preservan la esencia del deporte.

One Cycling parece intentar un equilibrio similar. Y mira, no hay duda de que el ciclismo debe encontrar una manera de mejorar su modelo de negocio en la era moderna. Pero, ¿a qué precio?

Al comprometerse a operar dentro del marco actual de la UCI, el proyecto parece intentar garantizar la continuidad reglamentaria al tiempo que impulsa cambios revolucionarios en el formato de las carreras y los modelos de ingresos.

La cuestión ética

Donde hay dinero, hay consideraciones éticas, y antes de que te des cuenta estás viajando por una madriguera de controversia. En este sentido, ¿es ético One Cycling?

El ciclismo no debe permitirse convertirse en la última víctima del lavado deportivo
El ciclismo no debe permitirse convertirse en la última víctima del lavado deportivo

Uno de los aspectos más polémicos del proyecto One Cycling es su financiación por inversores saudíes. Esta conexión ha planteado serias cuestiones éticas en relación con el fenómeno del lavado de imagen deportivo, en el que las naciones utilizan inversiones deportivas de alto perfil para mejorar su imagen global y distraer la atención de los problemas nacionales de derechos humanos.

Los críticos sostienen que, al asociarse con proyectos deportivos de alto nivel, Arabia Saudí pretende mejorar su reputación y desviar la atención de su controvertido historial en materia de libertad de expresión, derechos de los trabajadores y cuestiones LGBTQ+. Este dilema ético no es exclusivo del ciclismo; se han planteado preocupaciones similares en relación con el LIV Golf y la reciente inversión saudí en el boxeo.

El debate ético en torno a One Cycling obliga a la comunidad ciclista (y a sus aficionados) a considerar las implicaciones más amplias de aceptar tal inversión. Los posibles beneficios financieros y la promesa de un modelo económico modernizado y más estable deben sopesarse frente al riesgo de respaldar prácticas que algunos consideran moralmente problemáticas.

Para muchos, la cuestión es si el potencial transformador del proyecto justifica los compromisos éticos que podrían derivarse de aceptar financiación de fuentes asociadas con el lavado deportivo.

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el ciclismo para garantizar el crecimiento mundial?

¿Qué significa esto para los aficionados?

Otro factor crítico a la hora de evaluar el futuro de One Cycling es el impacto potencial sobre los aficionados, que son el corazón palpitante del deporte. El ciclismo ha sido tradicionalmente celebrado como un deporte accesible y gratuito para ver en persona, con la belleza de miles de aficionados alineados en los Alpes en el Tour siendo una de las mayores vistas del deporte.

El nuevo modelo propuesto por One Cycling, con su énfasis en la venta de entradas, los paquetes VIP y las carreras urbanas concentradas, podría imponer barreras financieras que alteren la experiencia de los aficionados. Sí, el final del Tour en París es siempre un espectáculo increíble, pero ¿serían 21 etapas alrededor de París u otras ciudades realmente la mejor idea?

Los aficionados son el corazón del ciclismo profesional
Los aficionados son el corazón del ciclismo profesional

Además, la viabilidad comercial del proyecto dependerá de la capacidad de negociar nuevos acuerdos de retransmisión. El sistema actual de derechos de retransmisión está muy arraigado y varía mucho de un país a otro, con normativas como la francesa que obligan a retransmitir determinadas carreras en canales gratuitos. Si no, que se lo pregunten a los aficionados británicos, que tendrán que sacar la billetera y desembolsar 31 libras al mes a partir de 2026 para ver ciclismo cuando ITV y Eurosport abandonen este deporte.

¿Cuál es el panorama a largo plazo?

El éxito a largo plazo de One Cycling depende de varios factores interconectados.

En primer lugar, el proyecto debe contar con el apoyo generalizado de los equipos y los órganos de gobierno que durante tanto tiempo han dominado el ciclismo profesional. Sin el apoyo de las principales partes interesadas, como ASO, RCS e influyentes equipos europeos, la liga podría tener dificultades para alcanzar las cifras críticas necesarias para su sostenibilidad.

La temporada ciclista ya está repleta de carreras y la introducción de una serie paralela de carreras en el centro de las ciudades podría convertirse en una pesadilla.

Eso no quiere decir que todas las ideas propuestas por OneCycling sean malas, desde luego que no lo son. Es hora de que el ciclismo cambie, pero la forma en que lo haga no debe destruir la cultura y la tradición de este deporte.

De cara al futuro, el éxito de One Cycling dependerá no sólo de su capacidad para conseguir inversiones y negociar acuerdos de difusión, sino también de su capacidad para sortear los debates éticos y culturales que ha suscitado su modelo de financiación. El proyecto debe equilibrar la promesa de un futuro modernizado y económicamente sólido con la necesidad de honrar las tradiciones y valores que han sustentado el ciclismo durante más de un siglo.

Es normal que los aficionados al deporte se muestren reacios a los cambios, pero merece la pena dedicar tiempo a One Cycling. Tiene ambición, financiación y algunas de las mentes más influyentes del deporte. Ahora debe encontrar la manera de convencer al resto del deporte de que su ambición no hará que el deporte se aleje de sus factores más importantes: las tradiciones y los aficionados.

Tal vez One Cycling tenga otra forma de llevar a cabo su iniciativa, o al menos otras ideas que considerar. Por ejemplo, los aficionados al ciclismo y los ciclistas están indignados por la gestión de la UCI en materia de seguridad de los corredores, tras los desastrosos incidentes ocurridos a principios de 2025.

One Cycling nunca va a ser capaz de "arreglar" por completo las preocupaciones sobre la seguridad de los ciclistas, pero ¿qué pasaría si pudieran crear una estrategia y un plan de juego claros que ayudaran a eliminar algunos de los desagradables incidentes a los que estamos demasiado acostumbrados? Si One Cycling fuera capaz de demostrar al deporte que son algo más que un modelo de negocio, quizá más gente se subiría a bordo.

Los próximos meses y años serán cruciales para determinar si One Cycling puede superar los obstáculos que se interponen en su camino, o si servirá como otro cuento con moraleja en la larga historia de los intentos de revolución deportiva.

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