El ciclismo moderno se ha transformado en un espectáculo de máxima velocidad, pero también de creciente tensión. Así lo perciben no solo los seguidores del deporte, sino también entrenadores y corredores. En este contexto, el neerlandés
Mick van Dijke, integrante del
Red Bull - BORA - hansgrohe, ofreció su visión a
CyclingUpToDate y CiclismoAlDía sobre los desafíos que plantea este nuevo panorama competitivo.
Durante la presentación del equipo en Lille, celebrada el jueves por la tarde, la escuadra alemana fue una de las más aclamadas. Con nombres destacados como Primoz Roglic, Florian Lipowitz y Jordi Meeus, las expectativas para la Grand Boucle son elevadas. Entre los presentes, se encontraba van Dijke, quien afronta su primer Tour con entusiasmo. “Fue una sensación única. Al subir al podio, sentí como si estuviera en una montaña rusa”, confesó.
No es un novato en la élite. Ha competido en pruebas de prestigio como los Campeonatos del Mundo, Flandes o Roubaix. Este año logró rendimientos sólidos en Dwars door Vlaanderen y París-Roubaix, consolidándose como pieza clave en el bloque de clásicas de su conjunto. Ahora, su rol en Francia será claro: trabajar como gregario al servicio de los líderes.
Mick Van Dijke debuta en el Tour de Francia 2025
Lo curioso es que su función estará centrada en respaldar a los hombres de la general, incluso por encima de las aspiraciones de velocistas como Meeus. “Venimos con un objetivo concreto: pelear por la clasificación general. Si surge la opción de un sprint, se valorará en el momento, pero mi prioridad es que tanto Primoz como Florian estén siempre bien posicionados y sin contratiempos”.
La primera etapa ya anticipa dificultades, con fuertes ráfagas de viento que podrían generar cortes peligrosos. La presencia de van Dijke será vital para resguardar a los jefes de fila. “Será una jornada complicada, aunque no decisiva para la general. Lo crucial es evitar caídas, no ceder demasiado tiempo y mantener la calma, porque todo se acumula hasta el final de la carrera”.
Consultado sobre la creciente peligrosidad del pelotón, el joven de 25 años ofreció una reflexión distinta a la habitual: “Quizá debemos asumir que esta disciplina se ha vuelto realmente peligrosa. El nivel ha aumentado muchísimo y muchos pueden disputar los puntos clave. Eso lo vuelve más impredecible. Antes había menos corredores capaces de pelear al final, ahora somos muchos más. Y los directores deportivos presionan constantemente. Tal vez ahí esté parte del problema”.