El
Mundial de 2025 quedó marcado, una vez más, por el protagonismo de las dos grandes figuras de la actualidad: Tadej Pogacar y
Remco Evenepoel, quienes volvieron a repartirse las dos preciadas camisetas arcoíris.
El belga reinó en la contrarreloj individual, mientras que el esloveno conquistó con autoridad la carrera en ruta. Sin embargo, la jornada que debía consagrar un duelo directo entre ambos quedó condicionada por las dificultades técnicas que sufrió Evenepoel, lo que terminó por inclinar la balanza de manera decisiva.
Las primeras diez vueltas del recorrido transcurrieron con relativa calma. Hubo una eliminación paulatina de corredores en la parte trasera del pelotón, aunque sin mayores consecuencias para los grandes favoritos, salvo las bajas notables de Ilan Van Wilder y Marc Soler, ambos obligados a abandonar tras un accidente masivo.
El plato fuerte del día era, sin duda, la ascensión a Mount Kigali, y allí fue donde Pogacar encendió la mecha. Con dos aceleraciones consecutivas, dejó claro que llegaba en estado de gracia. La segunda fue definitiva, pero ya en la primera Evenepoel comenzó a mostrar señales de problemas, cediendo del frente cuando parecía cómodo.
El exprofesional estadounidense
Chris Horner, analizando en vivo la carrera, recordó al instante episodios anteriores de la temporada: “Con lo ocurrido en La Flecha Valona, en Lieja-Bastoña-Lieja o en el Tour de Francia, tuve un flashback. Pensé: ¿será esta la cuarta vez en 2025 que Remco explota en este punto decisivo?”.
Apenas unos segundos después, la televisión desveló la causa: Evenepoel luchaba contra su propia bicicleta. Aunque no tenía un pinchazo, algo claramente no funcionaba. Horner describió la escena: “No solo se apartó de la línea y comenzó a perder terreno, sino que retrocedió a través de todo el pelotón. Llegando a la cima se le veía saltando sobre la bici, intentando resolverlo.”
La situación empeoró con la falta de coordinación en el grupo perseguidor. A pesar de contar con representación numérica de varias selecciones —Bélgica, Australia, Francia o Dinamarca—, los ataques individuales y la falta de entendimiento minaron las opciones de reducir diferencias.
Finalmente, Evenepoel optó por cambiar de bicicleta, deteniéndose a falta de seis vueltas (unos 90 kilómetros para el final). Gracias al esfuerzo de Quinten Hermans y Louis Vervaeke, pudo reintegrarse al grupo principal. Sin embargo, para entonces Pogacar ya rodaba con un minuto de ventaja acompañado por Isaac del Toro y brevemente por Juan Ayuso.
Remco Evenepoel, muy cabreado al tener que cambiar de bicicleta
Bélgica se queda sola en la persecución
Por fin, en el grupo perseguidor se organizó cierta colaboración. Australia, Bélgica e Italia pusieron hombres al frente, lo que llevó a Horner a emocionarse: “Esto es lo que llevo años diciendo. Tienes que dejar que Pogacar se adelante y poner a tus compañeros a trabajar.”
Pero la esperanza duró poco. Jay Vine y Michael Matthews (Australia) se descolgaron, Italia cesó en sus relevos, y Bélgica quedó prácticamente sola. Como si fuera poco, Evenepoel tuvo que cambiar otra vez de bicicleta.
El belga, visiblemente frustrado, levantó la mano buscando asistencia, pero su coche de equipo tardaba en aparecer. Pasó de largo del neutral service de Shimano, molesto, y en un gesto de impotencia llegó incluso a patear su bidón.
Cuando por fin recibió una tercera bicicleta —la dorada—, la historia cambió. “Vemos a un Evenepoel diferente sobre la bicicleta dorada”, destacó Horner.
Con su nuevo material, Evenepoel demostró una vez más su clase y se lanzó en persecución, llegando incluso a cerrar huecos por su cuenta. Se formó un grupo perseguidor sólido, pero sus aliados —Ben Healy y Mattias Skjelmose— pronto quedaron sin fuerzas. El belga, obligado a hacer la mayor parte del trabajo, no lograba reducir la brecha con un Pogacar cada vez más inalcanzable.
En un momento de resignación, el gesto de Evenepoel lo decía todo: sabía que la victoria se escapaba. Intentó un último ataque en solitario, dejando atrás a sus compañeros de fuga, pero la distancia con Pogacar ya era insalvable.
El desenlace fue claro: Pogacar cruzó la meta en solitario, sellando su triunfo con un ataque lanzado a más de 100 kilómetros de la llegada. Evenepoel, pese a todos los contratiempos, aseguró la medalla de plata, a minuto y medio del esloveno.
Aunque la frustración fue evidente, Evenepoel tendrá muy pronto la posibilidad de redimirse. Esta misma semana, en los Campeonatos Europeos, volverá a encontrarse con Pogacar en la prueba de ruta. Antes de ello, ya el miércoles, buscará proclamarse campeón continental de contrarreloj. Si lo logra, se convertirá en el rey indiscutible de la especialidad, unificando los títulos olímpico, mundial y europeo en una misma temporada.
Aún así, Remco Evenepoel se hizo con la medalla de plata en el Mundial de Kigali 2025