En los análisis de final de temporada, muchos expertos se han centrado en criticar las estrategias de
Visma - Lease a Bike durante 2025. Muchas de ellas se refirieron a la derrota en la A Través de Flandes, donde Neilson Powless derrotó a 3 de sus corredores en un final a 4. Pero otra gran mayoría también puso el foco en el plan del pasado
Tour de Francia donde intentaron cansar a
Tadej Pogacar.
Matteo Jorgenson, uno de los principales protagonistas de aquella estrategia, ha defendido con firmeza el enfoque agresivo de Visma en el Tour de Francia 2025. El estadounidense ha insistido en que el conjunto neerlandés fue el único que atacó de forma constante a Pogacar durante las tres semanas.
En el podcast Domestique Hotseat, el estadounidense cuestionó a los críticos que consideraron fútiles los planes de Visma y argumentó que, sin su presión constante, el Tour habría sido un espectáculo mucho más plano.
“Respondo a las críticas de algunos sobre cómo parte de nuestras tácticas para intentar batirle no tienen sentido, y pienso: bueno, ¿cómo habría sido el Tour si nuestro equipo no estuviera allí, cuando muchas veces somos el único equipo que intenta ponerle en apuros?”, dijo Jorgenson.
Jorgenson no intentó edulcorar el plan táctico de Visma. Su objetivo, dijo, era simple: buscar fisuras pronto, romper el ritmo de Pogacar y esperar abrir una debilidad, aunque fuese momentánea. Pero la realidad fue contundente.
“Creo que probamos todas las cartas posibles contra Pogacar porque no es probable que le ganes hombre a hombre en una situación normal. Así que buscábamos maneras creativas, digamos, de ganarle”, afirmó.
Matteo Jorgenson ha defendido a Visma de las críticas a final de temporada
Visma llegó a la carrera con un plan claro para testear al esloveno en el bloque inicial, intentando aprovechar cualquier día malo antes de la alta montaña. Aun así, Jorgenson admitió que el equipo no vio ni una sola grieta:
“La idea era encontrar en esos primeros 10 días del Tour una debilidad en Pogacar, y nunca la encontramos. Hizo una carrera perfecta, salvo una caída, de la que no sacamos partido.”
Una enfermedad truncó su carrera
El Tour personal de Jorgenson se desmoronó a mitad de carrera, pese a una sólida primera semana que le llevó a situarse quinto en la general de forma momentánea. Una infección pulmonar en el primer día de descanso cortó en seco su impulso.
“En el primer día de descanso me puse muy enfermo con una infección pulmonar y ya no tenía nada en la alta montaña”, explicó. Acabó cayendo hasta la 19.ª plaza en París.
Aun así, su admiración por Pogacar no flaqueó, y su elogio fue rotundo. “Creo que es, de lejos, el mejor ciclista que he visto competir. Y pienso que eso es fantástico para el deporte, pero como rival siempre estás buscando debilidades… Y si no lo haces, el Tour sería bastante aburrido.”
Tras el Tour, Pogacar reconoció que estuvo
gestionando un problema de rodilla en la última semana, algo a lo que también se refirieron recientemente Tim Wellens y Nils Politt. Preguntaron a Jorgenson si lo percibió durante la carrera.
Su veredicto fue tajante: “Su margen en este Tour fue tan grande que incluso con problemas físicos importantes habría seguido ganando la carrera… Si estuvo bajo estrés en el Tour de Francia, entonces sí, chapeau.”
Pese a no lograr incomodar al líder, Jorgenson destacó la última etapa en París como uno de los momentos de su carrera. Ayudar a Wout van Aert a distanciar al maillot amarillo en la subida a Montmartre, antes de rematar desde un grupo selecto, permanece muy vivo en su memoria.
“Es algo que no olvidaré. Especialmente por la forma en la que ganó Wout, distanciando de forma visible al maillot amarillo. Yo iba por detrás, cediendo, y lo veía todo delante de mí. Estaba muy feliz por Wout y contento aquella noche de poder celebrar de verdad terminar el Tour en alto. Creo que perdimos ante un corredor mejor, sinceramente mucho mejor, pero también logramos cosas.”
Las reflexiones de Jorgenson dibujan, en última instancia, una imagen nítida: Visma activó todas sus palancas, Pogacar fue inquebrantable y, aun así, el equipo encontró momentos para saborear. Sus palabras dejan claro que la pelea —y la confianza— volverán el próximo verano.