Perfiles, recorrido y etapas Giro de Italia 2026 | ¡7 finales en alto con Blockhaus, Piancavallo y una larga crono!

Al fin llegó uno de los grandes momentos de la temporada baja. Este 1 de diciembre se anunció el recorrido al completo del Giro de Italia 2026, una edición que se espera con mucha emoción. La carrera tendrá lugar entre los días 9 y 31 de mayo del próximo año, con la Grande Partenza confirmada en Bulgaria. A continuación, analizamos los perfiles, etapas y recorrido completo al detalle.

El Giro de Italia 2026 tendrá un recorrido de 3.459 kilómetros, con más de 49.000 metros de desnivel. Habrá hasta 7 finales en alto, ideales para los escaladores más experimentados del pelotón. Jonas Vingegaard lo tendrá muy de cara, pero mucho ojo con la duración de una carrera que se le puede hacer larga al danés, teniendo en cuenta que aún no se ha probado allí.  

En Visma - Lease a Bike se puede esperar también la participación de Simon Yates, sobre todo por ser el ganador de la edición de 2025. Y, al igual que al británico, en UAE Team Emirates - XRG puede volver un Isaac del Toro que quedó 2º en la clasificación general, justo por detrás de su rival del equipo neerlandés.

Y, con solo una contrarreloj individual de 40 km en la etapa 10, cuando la carrera ni siquiera está cerca de terminar, para Enric Mas puede ser el momento ideal de debutar también por primera vez en el Giro de Italia. Con Cian Uijtdebroeks en Movistar Team ya no está obligado a correr Tour de Francia y Vuelta a España cada año.

La carrera empieza en Bulgaria y la Grande Partenza se celebra en la ciudad de Nessebar. La jornada inaugural y el primer maillot rosa deberían ir a parar a un esprínter tras un día llano y un final en Burgas, a orillas del mar Negro.

El segundo día ofrece oportunidades a muchos perfiles. Es una jornada larga, 220 kilómetros, con final explosivo. A falta de meta hay una subida de 3 kilómetros al 7% de media que concluye muy cerca de la llegada en Valiko Tarnovo. El descenso final implica que cualquier hueco puede decidir la etapa y provocar un cambio del maillot rosa.

La etapa 3 es otra oportunidad para los velocistas. Hay una cota a mitad de jornada, pero no es exigente y el resto del día es totalmente llano, por lo que los hombres rápidos no deberían sufrir. La etapa termina en la capital búlgara, Sofia, antes del vuelo de los corredores hacia Italia.

El pelotón llega a Italia con una etapa corta y de resolución incierta. El esprint es el desenlace más probable, pero hay un puerto de 15 kilómetros al 6% de media; no es cualquier subida y algunos esprinters sufrirán si el ritmo se endurece. Podríamos ver un esprint de pelotón reducido en Cosenza, o incluso escaladores intentando sorprender en el ascenso.

¿Día para la fuga? Controlar camino de Potenza será complicado, y la quinta etapa propone ascensiones lo bastante duras como para descartar a la mayoría de esprinters. La salida en subida y la pared hacia Montagna Grande di Viggiano garantizarán ataques. El final hacia Potenza es quebrado pero sin grandes dificultades; si no triunfa la fuga, será difícil prever qué grupo llegará con opciones reales.

La sexta jornada hacia Napoli debería ser para esprinters, aunque no es completamente llana: hay una cota a 7 kilómetros de meta y un breve descenso antes del tradicional final marítimo en la ciudad costera.

La etapa más larga de la carrera y el Giro recupera algo ya inusual: una jornada de montaña de más de 200 kilómetros. Tour y Vuelta han abandonado este molde, pero el Giro reaviva una fórmula clásica. No es un trazado brutal, pero en los Apeninos apenas hay llano y la segunda mitad se complica antes de afrontar Blockhaus.

Aunque no por su vertiente más larga, los 13 kilómetros finales son muy constantes y duros, y abrirán diferencias significativas. Esta primera etapa de montaña separará a los aspirantes reales al título del resto.

Una etapa explosiva típica del Giro que exigirá máxima atención. Podría triunfar la fuga pese al inicio llano, aunque el foco estará en la general. Puede que no haya grandes diferencias, pero la trampa final en alto hacia Fermo y las cotas previas pueden abrir huecos.

El último día de la primera semana será traicionero y poco habitual en el Giro. Llega la etapa “unipuerto” a la Corsa Rosa, con un trazado completamente llano hasta la subida final. Sobre el papel son dos ascensiones, pero en realidad las separa un descenso mínimo.

No es un día para grandes diferencias, pero los últimos kilómetros a Corno alle Scale son duros y auguran más batalla por la general.

La 10.ª etapa —que abre la segunda semana— es la única contrarreloj de la carrera, totalmente llana y de 40 kilómetros, lo que favorece a los especialistas y les brinda una oportunidad. Sin embargo, la lucha por la general será el foco del día, con un recorrido que ofrece suficientes kilómetros como para provocar diferencias reales.

Jornada propicia para la fuga: arranque llano, pero la secuencia final de cotas es demasiado exigente para los velocistas y no lo suficiente como para abrir huecos entre los hombres de la general. Por ello, podría ser un día en el que segundas espadas tomen protagonismo.

Etapa con alta probabilidad de esprint. El perfil no es totalmente llano, pero las subidas no son duras y aparecen muy lejos de meta como para influir de verdad. En Novi Ligure, los esprinters deberían volver al primer plano tras varios días de grupetto.

Otra etapa engañosa, con perfil completamente llano hasta los kilómetros finales. No parece diseñada para un perfil concreto de corredor. De nuevo, demasiado dura para los esprinters y, a la vez, insuficiente para crear diferencias en la general.

Aun así, es fácil de controlar para cualquier equipo interesado, por lo que la fuga no parte con demasiadas opciones. Se abre el abanico a múltiples escenarios en Verbania.

Una de las jornadas clave de la carrera. Etapa de alta montaña muy corta, con solo 133 kilómetros, pero diseñada para que esa brevedad tenga impacto. Los organizadores han colocado una subida muy exigente de salida, algo que Tour de Francia y Vuelta a España rara vez se atreven a hacer ya.

En el Valle de Aosta las etapas suelen ser brutales y esta no es la excepción. La ascensión a Saint-Barthélémy es muy dura y termina apenas en el kilómetro 20. Habrá varias subidas durante la jornada, pero lo lógico es que muchos reserven fuerzas para Pila: 17 kilómetros de ascenso y casi 1200 metros de desnivel positivo ganados a gran ritmo.

La última etapa de la segunda semana rompe moldes: llegada a Milán para un sprint. Jornada completamente llana, sin escapatoria, con el pelotón alcanzando la gran ciudad del norte todavía a una semana del final del Giro y sin contrarreloj.

Etapa íntegramente en Suiza. Se reconfiguró por problemas para hacer pasar el Giro por varios puertos de la zona. El resultado es un formato peculiar: solo 113 kilómetros, inicio llano, circuito quebrado y subida final. Cari, sin embargo, es una ascensión brutal en todos los sentidos: 930 metros de desnivel en 11,6 kilómetros, casi un 10% de media, para arrancar la última semana con fuerza.

Una etapa atípica, ideal para que triunfe la fuga pese al inicio llano. 200 kilómetros de Cassano d'Adda a Andalo, con terreno ondulado durante el día y final en alto. Buen escenario para rodadores y clasicómanos.

La 18.ª etapa es otra jornada peculiar: un día que parece prácticamente llano, pero con un “diente de tiburón” cerca de meta. El Muro di Ca’ del Poggio se inserta junto al final de etapa, abriendo un desenlace para ataques tardíos, sprint de grupo reducido o incluso una batalla de la general que puede romperse en la subida y en los kilómetros posteriores.

Aun así, los escaladores probablemente querrán reservar fuerzas para lo que viene.

La etapa 19 del Giro es la reina, con 151 kilómetros por los Dolomitas. Incluye el Passo Duran, Coi, Forcella Staulanza, Passo Giau y Passo Falzarego…

Una jornada mítica en alta montaña, siempre que el tiempo no lo impida. Terreno sobra para abrir diferencias serias, con puertos largos, duros y en altitud. Tras un descenso prolongado, la meta llega con la empinada subida a Piani di Pezzè: no es la más exigente del día, pero bastará para marcar diferencias y coronar a un ganador de entidad.

La última etapa de montaña arranca completamente llana y apunta a un día poco favorable para la fuga: cuando la carretera se empine, la acción será inmediata. Los corredores subirán dos veces a Piancavallo, una ascensión exigente que coincide con la línea de meta, aunque no tan dura como la víspera. ¿Qué diferencias se pueden abrir aún?

La carrera concluye de nuevo en Roma, con una etapa para velocistas que propone un circuito alrededor de la capital italiana para cerrar tres semanas de competición.