Biniam Girmay sobrevive al infierno de Roubaix en su estreno con un gran resultado: "Es lo más doloroso que he sentido en bici"

Ciclismo
lunes, 14 abril 2025 en 2:00
girmay

Biniam Girmay vivió este domingo la experiencia más brutal, honesta y exigente que el ciclismo profesional puede ofrecer: su primer enfrentamiento con la París-Roubaix, la más temida de las clásicas. Lejos de amedrentarse, el joven talento eritreo del Intermarché - Wanty se plantó con valentía sobre el pavé y cruzó la línea de meta en una meritoria 15ª posición, sin accidentes, sin averías y con el rostro marcado por el cansancio... y el orgullo.

Para muchos, la París-Roubaix es una batalla más mental que física. Un campo de guerra donde cada kilómetro puede destruir ambiciones. Girmay, con apenas 25 años, no sólo terminó la carrera más despiadada del calendario ciclista: lo hizo con clase, serenidad y determinación. "Diría que no es una locura, pero seguro que es lo más doloroso que he sentido montando en bici sobre el adoquín", confesó con franqueza a Cycling Pro Net tras su llegada al velódromo de Roubaix.

Pero incluso en medio del sufrimiento, hubo luz. Para Girmay, el temido infierno fue, en realidad, menos aterrador de lo que imaginaba: "Me lo esperaba mucho peor, pero por suerte no he tenido ningún problema, y eso me ayudó a disfrutar. No tuve pinchazos ni caídas, así que ha sido estupendo. He disfrutado mucho, y estar entre los 20 primeros fue realmente bonito".

La París-Roubaix no fue únicamente una historia personal para Girmay. Fue también una jornada brillante para Intermarché - Wanty, que colocó a dos corredores entre los diez mejores y a otro, junto a Girmay, en el top 20. "Al final del día, tenemos que estar contentos. Dos hombres entre los 10 primeros y otros dos entre los 20... es un gran resultado", valoró con satisfacción.

Como muchos debutantes, Girmay se enfrentó a la legendaria Trouée d'Arenberg sin saber exactamente qué esperar. El caos, la tensión y el estruendo de los adoquines hicieron imposible cualquier estrategia clara. "No tengo ni idea de lo que estaba pasando. Solo corría, seguía la rueda delantera, y escuchaba la radio con información suelta... pero correr en Arenberg fue genial", admitió con una sonrisa mezcla de respeto y asombro.

Tras su valiente debut, la gran pregunta es inevitable: ¿volverá Girmay a desafiar los adoquines del norte de Francia el próximo año? "No lo sé, no estoy seguro", respondió, con una sonrisa cansada pero sincera.

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