Este domingo se hizo historia para el ciclismo portugués, con el corredor del
UAE Team Emirates António Morgado entrando en el último kilómetro del
Tour de Flandes en el grupo que disputaría el podio de la carrera, ganada indiscutiblemente por el corredor del Alpecin-Deucenick Mathieu van der Poel, que con esta victoria se anotó un triplete en la carrera belga, elevando su cuenta a tres victorias en ese Monumento, lo que, sumado a la victoria de Jasper Philipsen en la Milán-Sanremo, convierte al equipo belga en el gran dominador de los Monumentos en 2024.
Morgado estaba visiblemente cansado, pero satisfecho con el resultado obtenido en la carrera: "Estoy súper contento, no esperaba un buen resultado como éste. No me lo creería si me dijeran que iba a estar entre los cinco primeros, pero estoy muy contento con el rendimiento del equipo y con mi actuación", declaró a O Jogo.
El subcampeón del mundo sub-23 intentó incluso atacar la carrera, pero admitió al final que sintió "dolores de cabeza al principio de la carrera", sin rendirse, y confesó que estaba motivado "para terminar la carrera, ya que era uno de mis objetivos".
Mientras tanto, el portugués se arremangó y fue a por todas, tras la fase inicial en la que se sintió menos bien: "Trabajé para ello. A mitad de carrera, empecé a sentirme bien y entonces supe que podía luchar por acabar entre los 10 primeros. Sufrí mucho porque no estaba en la mejor posición", explica.
Tras destacar el excelente trabajo de equipo que permitió a su compañero Nils Politt terminar en el lugar más bajo del podio, Morgado tuvo un motivo adicional para luchar por un puesto de honor en Flandes, ya que en la línea de meta se encontraba su familia, que había viajado desde Portugal para apoyar al joven de 20 años de Caldas da Raínha.
No hace mucho, tras la semiclásica de Le Samyn, en la que obtuvo un extraordinario segundo puesto, Morgado dijo que "no le gustaban este tipo de carreras", pero con el resultado de ayer, dice estar listo para nuevos logros y dispuesto a "luchar por grandes carreras": "No creía que fuera posible este año. Ahora tengo esa motivación. Empiezo a disfrutar de estas carreras, no es que no lo hiciera, pero es un nuevo reto".
Nunca está de más recordar la hazaña del joven de Caldas da Raínha, que con sólo 20 años y 63 días, es el tercer ciclista más joven desde la Segunda Guerra Mundial en terminar entre los 10 primeros de un Monumento Ciclista y el más joven desde Joseph Wouters en 1962.
La próxima gran aventura de António será el próximo domingo, cuando debutará en el "Infierno del Norte", nada menos que la exigentísima París-Roubaix, que, además de los miles de personas que estarán en las carreteras francesas apoyando a los ciclistas, tendrá a los aficionados a este deporte frente a sus televisores, este año para los portugueses con un motivo extra para animar aún más la carrera: António Morgado.