La temporada 2025 fue horrible para
Cofidis. Como equipo francés
UCI WorldTour con décadas de historia, el conjunto arrancó el año con la intención de afianzarse en la élite, pero acabó atrapado en una lucha por evitar el descenso y no lo consiguió.
Alex Aranburu, su gran fichaje, no estuvo a la altura.
Hubo destellos de esperanza en enero y febrero, un puñado de victorias que devolvieron confianza y algún titular que sugería días mejores. Pero a medida que avanzaba el año, la brecha entre ambición y rendimiento se ensanchó, y el balance final dejó a Cofidis con preguntas difíciles y una licencia ProTeam para 2026.
Cofidis es un pilar del ciclismo francés; 2025 fue su 29.ª temporada en total y la sexta consecutiva en el WorldTour. El equipo ha combinado durante años experiencia y ambición, formando talento propio mientras compite por encima de su peso. La plantilla contó este año con
Bryan Coquard, Jesús Herrada y Alex Aranburu, con los veteranos Ion Izagirre y Dylan Teuns aportando liderazgo.
El mánager Cédric Vasseur, que ya ha dejado el equipo, armó un bloque en torno a velocistas y cazadores de etapas. El plan era claro: la punta de velocidad de Coquard, el punch en repechos de Herrada y la versatilidad de Aranburu debían sostener los resultados. El objetivo: sobrevivir.
Al final de la temporada, ese plan se deshilachó. Cofidis sumó nueve victorias, un botín modesto para estándares WorldTour y mayoritariamente en carreras menores. Ninguna llegó en las grandes citas del calendario. El equipo terminó 20.º, penúltimo entre los WorldTour, y a unos cientos de puntos de la salvación. Tras un 2023 respetable, la trayectoria giró a la baja, culminando en el descenso para el siguiente ciclo de licencias. Los números fueron claros: menos victorias, menos puntos, menos motivos para el optimismo.
Campaña de primavera
Paradójicamente, el año arrancó como si Cofidis estuviera listo para sorprender a todos. En enero, Coquard remató al sprint la victoria en la Etapa 4 del Tour Down Under, poniendo fin a una larga sequía en el WorldTour y elevando la moral de inmediato. Febrero trajo más: Valentin Ferron ganó el GP La Marseillaise, Milan Fretin se impuso en la Clásica de Almería y repitió con una etapa en la Volta ao Algarve. A mediados de febrero, ya contaban cuatro triunfos, un arranque potente que insinuaba una resurrección. En abril, Fretin añadió otro éxito en la Ronde van Limburg, refrendando la buena forma inicial del equipo.
Pero cuando llegaron las Clásicas de primer nivel, Cofidis no pudo seguir el ritmo. En los Monumentos no hubo top‑10 en ninguno, tampoco podios en pruebas WorldTour de un día, y la velocidad de Coquard no se tradujo en un resultado serio en las Clásicas. Faltó un líder real para ese bloque y, pese a una participación correcta, rara vez aparecieron en los finales.
Aun así, hubo chispazos de calidad. La victoria de Aranburu en la Etapa 3 de la
Itzulia Basque Country fue uno de los mejores triunfos del equipo en el año. Inicialmente fue relegado por una supuesta infracción de trazada, pero fue reinstalado tras confirmarse que su línea era legal. Ese momento demostró que Cofidis todavía podía golpear por encima de su peso. Sin embargo, al margen de eso y del arreón de febrero, su primavera se quedó corta. Frente a escuadras más profundas, Cofidis pareció falto de músculo y sobreexigido, un equipo con esfuerzo pero sin ejecución.
Alex Aranburu fue uno de los nombres propios de Cofidis en primavera, pero poco más. @Sirotti
Resultados en grandes vueltas
Las grandes vueltas expusieron la dimensión completa del declive de Cofidis. Entre Giro, Tour y Vuelta, no ganó etapas ni colocó a un corredor entre los 20 primeros de la general. Su suma de puntos en las tres carreras fue inferior a la que algunos rivales lograron en un solo Tour.
En el
Giro de Italia, sin un jefe de filas para la general, el equipo apostó por el oportunismo. El botín fue escaso. El 52.º puesto de Sergio Samitier fue el mejor resultado en la general, y la mayoría de intentos de etapa se quedaron lejos de la disputa.
El Tour de Francia, en cambio, ni siquiera ofreció consuelo. Tras sus victorias de etapa en 2022 y 2023, Cofidis llegó confiado y se marchó de vacío. Emanuel Buchmann asumió el liderazgo para la general; su 30.º puesto resumió la campaña: regular, pero sin asomar. Coquard peleó entre los velocistas y firmó un séptimo puesto en una etapa llana, que acabó siendo su mejor resultado del Tour. Desde dentro del equipo calificaron el Tour como “dramático”, no por los fuegos artificiales, sino por su ausencia. Un total de alrededor de 150 puntos UCI subrayó la sequía, y el equipo fue en gran medida invisible.
La Vuelta a España completó la trilogía de la decepción. Herrada, ganador de etapa en el pasado, llegó con la esperanza de redimir la temporada, pero las secuelas de lesiones le dejaron por debajo de su nivel habitual. Coquard abrió con un séptimo en la Etapa 1 y no volvió a contar. Samitier terminó 31.º en la general, y ningún corredor de Cofidis entró en un top‑5 de etapa. El botín total en la Vuelta fue de apenas 112 puntos UCI y, por primera vez en años, se marcharon de España sin victorias ni titulares de peso.
Los problemas de Cofidis en las carreras de tres semanas fueron estructurales. La salida de Guillaume Martin supuso perder un motor fiable para la general, y los recambios no cubrieron ese vacío. La velocidad de Coquard no bastó para batir a los grandes velocistas, y a sus hombres de fuga les faltó remate. Las lesiones redujeron aún más la profundidad. En definitiva, las grandes vueltas destaparon todo lo que falló en 2025: falta de liderazgo claro, ausencia de golpe definitivo y nula fortuna cuando tocaba.
Invisible vuelve a ser la mejor manera de describir esta triste actuación de Cofidis en las grandes vueltas.
Fichajes (2025–2026)
Tras un año tan duro, Cofidis optó por una profunda reestructuración de cara a 2026. Fichajes clave: Alex Kirsch, procedente de Lidl–Trek, cuya fortaleza como rodador y lanzador debería apuntalar tanto el bloque de sprints como el de clásicas. Del desaparecido Arkéa llegan Jenthe Biermans, un versátil belga, y el escalador francés Camille Charret, junto al prometedor sub23 Louis Rouland. La gran incorporación es el campeón italiano sub23 Edoardo Zamperini, un puncheur de 22 años firmado como piedra angular de lo que el equipo define como una “nueva era”.
Las bajas fueron igual de relevantes.
Jesús Herrada, pilar del equipo y triple ganador de etapa en la Vuelta, se marcha tras siete temporadas. También sale Anthony Perez, habitual de las fugas. Stefano Oldani se va tras un año discreto, mientras Aimé De Gendt firma por Q36.5 y Jonathan Lastra recala en Euskaltel-Euskadi.
La estructura directiva también cambia. Con el descenso confirmado, Cofidis se desvinculó de Cédric Vasseur, señal de un reinicio más amplio. Como ProTeam, Cofidis seguirá recibiendo invitaciones automáticas a las grandes carreras en 2026, asegurando visibilidad en la élite del ciclismo.
Jesús Herrada is leaving Cofidis at the end of this season. @Imago
Veredicto final: 4/10
Sin paños calientes: 2025 fue áspero. El equipo arrancó bien, sumó victorias tempranas, pero la segunda mitad quedó marcada por oportunidades perdidas y presión creciente. Las Grandes Vueltas se saldaron sin triunfos ni presencia en la general, y en otoño el déficit de puntos era ya irreversible.
Una nota justa para el año es 4 sobre 10: mérito por los éxitos iniciales y algunos destellos, pero penalizada por la irrelevancia en las Grandes Vueltas y una falta general de mordiente. La misión para 2026 es clara. Reforzar la estructura, arropar a los líderes más lejos en carrera y acelerar el desarrollo de la nueva generación. Con los wildcards automáticos garantizando acceso a grandes citas, Cofidis tiene la base para reaccionar. Convertir eso en resultados dependerá de la rápida adaptación de los fichajes y de si veteranos como Coquard y Aranburu pueden sostener el nuevo capítulo.
Opiniones
Fin Major (CyclingUpToDate)
Mirando atrás, no puedo evitar sentir que la temporada 2025 de Cofidis fue un aviso tan duro como necesario. Empezaron fuertes, afilados, y luego vieron cómo todo se desmoronaba cuando llegaron las pruebas de verdad. Las primeras victorias y el maillot de Moniquet en el Giro me recordaron que el equipo aún tiene garra, pero las Grandes Vueltas evidenciaron lo lejos que nos habíamos quedado. Perder el estatus WorldTour les hará daño, no hay forma de esquivarlo. Pero, si Cofidis aprende de este año, las dificultades de 2025 podrían ser el cimiento de algo mejor.
Rúben Silva (CyclingUpToDate)
No voy a cargar contra Cofidis, porque es un equipo francés que, supongo, mantiene el mismo presupuesto año tras año en un pelotón que de media crece cada año. En cierto modo, un equipo atrapado en el tiempo, ya sin capacidad para competir a este nivel: simplemente no encaja ya en el WorldTour y el descenso es lógico. Como se señaló, su temporada 2023 fue bastante decente y Victor Lafay fue un auténtico bombazo. De 2025, tengo un recuerdo de Cofidis rodando de maravilla y ganando: la victoria de Aranburu en Itzulia. Nada más, nada, el equipo fue con diferencia el más ausente de la acción este año, no solo en resultados, también sin una figura capaz de atraer focos.
Si se ignorara el contexto, habría mucho que criticar. El equipo fichó a 13 corredores, casi la mitad de la plantilla, y Aranburu fue el único que cumplió. Emanuel Buchmann ya no es el mismo, Dylan Teuns no apareció, y el resto son ciclistas que pueden rendir en un calendario más modesto, no en el mismo de UAE y Visma. El dinero se invirtió en los corredores equivocados, y su falta de competitividad en el mercado resulta evidente.
Grandes Vueltas, nada que rescatar; ninguno de los escaladores del equipo rindió. En el esprint, tanto Milan Fretin como Bryan Coquard empezaron bien la temporada pero, tras febrero, sumaron una victoria en total; y sencillamente no hubo momentos memorables. Poca exposición, pocos resultados, la carencia de puntos UCI fue tan grave que, incluso con Arkéa desapareciendo y Intermarché saliendo de escena (dos plazas extra en el WorldTour), el equipo no lo logró. Fue superado por Uno-X Mobility al final, que hasta este año apenas tenía foco ni opciones claras de éxito. El equipo volverá al nivel ProTeam, que es donde le corresponde (no es una crítica), y quizá 2026 sea un año mejor. Un wildcard para el Tour de France está virtualmente asegurado, y las necesidades financieras quizá sean menores por la categoría inferior, así que no habrá demasiados problemas en ese sentido.