ANÁLISIS | Pantani, Merckx, Armstrong, Froome... los momentazos increíbles del Mont Ventoux

Ciclismo
martes, 22 julio 2025 en 11:15
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El Mont Ventoux, a menudo conocido como el Gigante de la Provenza, es una de las ascensiones más legendarias del ciclismo. Esta imponente montaña del sur de Francia ha sido escenario de algunos de los momentos más dramáticos, inspiradores e incluso trágicos del Tour de Francia. Es una subida que los ciclistas respetan profundamente y que los aficionados veneran, con su cumbre árida y lunar y sus notorios vientos.
El Tour no visita el Ventoux con frecuencia, y esa rareza en el recorrido no hace más que aumentar el aura mística que rodea a la montaña. De hecho, la etapa 16 de hoy marca la primera ascensión en cuatro años, desde 2021, lo que nos recuerda cuán especial es cada etapa que pasa por el Ventoux con protagonistas como Eddy Merckx, Lance Armstrong, Marco Pantani o Chris Froome. Aquí algunos de los mejores momentos de la historia:

La tragedia de Tom Simpson

Uno de los momentos más históricos del Mont Ventoux es también el más sombrío. En el Tour de Francia de 1967, el británico Tom Simpson sufrió un colapso y murió trágicamente en las laderas del Ventoux durante la 13.ª etapa. Era un caluroso día de julio, y Simpson, excampeón del mundo y uno de los ciclistas británicos más queridos, estaba llevándose al límite, impulsado por una mezcla de anfetaminas y alcohol, una combinación tristemente común en aquella época.
Cerca de la cima, tambaleante y desorientado, se cayó de la bicicleta. A pesar de los frenéticos esfuerzos de los médicos, Simpson falleció a apenas un kilómetro de la meta. Su muerte conmocionó al mundo del deporte: fue una de las horas más oscuras del Tour de Francia y una trágica llamada de atención sobre los peligros del dopaje. El ganador del Tour de Flandes, Milán-Sanremo e Il Lombardía quedaría para siempre unido a esta montaña.
Hoy, la memoria de Simpson sigue viva en el Ventoux: un pequeño monumento de piedra se alza junto a la carretera donde cayó, y muchos ciclistas que pasan por allí aún se quitan la gorra o dejan un bidón en su honor. Este episodio, aunque desgarrador, se ha convertido en parte inseparable de la leyenda del Mont Ventoux, un recordatorio de la naturaleza implacable de la montaña y de los límites humanos ante el esfuerzo extremo.
El imperial Mont Ventoux. 
El imperial Mont Ventoux. 

Eddy Merckx conquista al gigante

Si el Mont Ventoux es capaz de humillar incluso al ciclista más duro, también es el escenario donde se revela la verdadera grandeza. Esta montaña, imponente y despiadada, no perdona errores, pero premia con gloria a quienes se atreven a conquistarla. En 1970, el mítico Eddy Merckx, considerado por muchos como el mejor ciclista de todos los tiempos, logró una de las victorias más memorables de su carrera en la cima del Ventoux, escribiendo otra página dorada en la historia del Tour de Francia.
Aquel año, el recorrido incluía una exigente llegada en alto en el Mont Ventoux, y Merckx, en plenitud de forma, no dejó pasar la oportunidad. Atacó con determinación en las rampas finales y se impuso con fuerza, sumando otra victoria de etapa en su camino hacia su segundo título en la clasificación general. Pero, a pesar de su superioridad, aquel triunfo tuvo un coste físico enorme.
Incluso "El Caníbal", como era apodado por su voracidad competitiva, sintió el castigo brutal del Ventoux. Al cruzar la línea de meta, Merckx estaba completamente exhausto, al borde del colapso. El calor sofocante, la altitud y la dureza de la subida lo habían llevado al límite. Tuvo que recibir oxígeno inmediatamente después de finalizar, una imagen que impactó al mundo del ciclismo: el hombre que parecía invencible, reducido por la crudeza de una montaña.
Merckx mismo admitió que aquel esfuerzo fue "imposible", una palabra que rara vez salía de su boca. Esa declaración no solo reflejaba su sufrimiento, sino que también dejaba claro lo extremo que es el Ventoux, incluso para un campeón de su talla. Cuando alguien como Merckx reconoce que una etapa lo ha llevado al límite, se entiende por qué el Mont Ventoux tiene fama de ser uno de los retos más duros del ciclismo profesional.
Décadas después, el eco de aquella gesta aún resuena en las laderas del "Gigante de la Provenza". Y hoy, todos los ojos están puestos en otro corredor excepcional: Tadej Pogacar. El joven esloveno, doble ganador del Tour y uno de los talentos más brillantes de la era moderna, ha demostrado una ambición y capacidad que recuerdan al propio Merckx. Quizás, consciente del simbolismo que encierra esta montaña, Pogacar esté planeando su propio ataque legendario al Ventoux.
Porque si hay un lugar en el que los grandes se hacen eternos, es este. El Mont Ventoux no regala victorias: las exige con sufrimiento, las graba en piedra y las convierte en mito. Y hoy, puede ser el escenario donde Pogacar intente dejar su huella en la historia, como lo hizo Merckx medio siglo atrás.

Armstrong contra Pantani 

El Mont Ventoux también ha sido escenario de enfrentamientos épicos entre grandes figuras del ciclismo. Uno de los momentos más famosos —y controvertidos— ocurrió en el año 2000, cuando Lance Armstrong y Marco Pantani protagonizaron un duelo dramático.
Armstrong vestía el maillot amarillo y dominaba el Tour como líder, mientras que Pantani, un escalador puro y ganador del doblete Giro-Tour en 1998, buscaba reivindicarse. En las empinadas rampas finales, ambos se enfrentaron directamente, dejando atrás al resto del pelotón.
En un giro inesperado, Armstrong decidió no disputar el esprint final y permitió que Pantani cruzara la meta en primer lugar. La percepción general fue que Armstrong le había cedido la victoria de etapa en el Ventoux. Según él, fue un gesto de cortesía, pero Pantani se sintió más ofendido que agradecido, lo que generó tensiones entre ambos. Aquel desenlace en el Ventoux se convirtió en leyenda, especialmente al conocerse posteriormente la oscura realidad que rodeaba aquella época.
Con el tiempo, ese episodio quedó marcado por las circunstancias del momento: ambos corredores estuvieron implicados en escándalos de dopaje, y Pantani falleció trágicamente en 2004, tras el colapso de su carrera. Armstrong, por su parte, es una de las figuras más polémicas del deporte, y su historia de dopaje representa uno de los capítulos más oscuros del ciclismo en las décadas de 1990 y 2000, una carga que los ciclistas actuales aún intentan dejar atrás.

Las aventuras de Chris Froome en el Ventoux

En la era moderna, Chris Froome ha vivido dos experiencias muy distintas en el Mont Ventoux, ambas memorables a su manera. La primera tuvo lugar en 2013: Froome, en camino hacia su primer título del Tour de Francia, firmó una actuación imponente en las laderas del Ventoux. Atacó y se despegó de todos sus rivales, llegando en solitario a la cima en una demostración de dominio que evocó las gestas de las grandes leyendas del ciclismo, dejando claro que era el hombre a batir ese año. Aquella jornada, Froome dio un giro a la carrera y afianzó su liderazgo con una actuación tan contundente que generó asombro y debate entre aficionados y expertos.
Tres años más tarde, en 2016, el escenario en el Ventoux fue algo totalmente inesperado. Debido a los fuertes vientos, la llegada se trasladó a mitad de la montaña, lo que provocó una aglomeración caótica en la carretera. En medio del desorden, una moto de televisión se detuvo bruscamente, lo que desencadenó una montonera que dañó la bicicleta de Froome y lo enredó con otros corredores, cerca del Chalet Reynard.
En un momento de pura improvisación —y, podría decirse, de desesperación—, Froome comenzó a correr cuesta arriba a pie, con sus zapatillas de ciclismo con tacos y vestido con el maillot amarillo. Fue una escena surrealista: el líder de la carrera corriendo entre una multitud de aficionados, intentando perder el menor tiempo posible hasta conseguir una bicicleta de repuesto.
Este insólito episodio se convirtió en uno de los momentos más recordados del Tour, y sin duda volverá a aparecer en nuestras pantallas durante la etapa de hoy. Finalmente, Froome recibió una nueva bicicleta y se le permitió conservar el liderato de la carrera, pero la imagen de "Froome corriendo contra el Ventoux" ya forma parte de la historia del Tour.
Juntas, la victoria de Froome en 2013 y el caos de 2016 reflejan las dos caras del Mont Ventoux: un día puede coronar a un campeón dominante, y al siguiente puede obligar incluso a los mejores a continuar a pie.
Estos episodios, junto a la tragedia de Simpson, la victoria heroica de Merckx, el duelo Armstrong-Pantani y los extremos vividos por Froome, son solo algunos de los momentos más emblemáticos de la rica historia del Tour de Francia en el Mont Ventoux. La pregunta ahora es si hoy será el día en que Tadej Pogacar añada otra ascensión icónica a su lista de victorias memorables.
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