El final de la carrera de uno de los ciclistas más legendarios del siglo llega a su final.
Elia Viviani cuelga la bicicleta este 2025 a los 36 años, y tras dos décadas de continuos éxitos. El último de ellos, en su carrera de despedida tras ganar una medalla de oro en el Mundial de
Ciclismo en Pista.
La despedida de Elia Viviani del ciclismo fue puro teatro: un último impulso, un último maillot arcoíris y un adiós dorado digno de su brillante carrera. En Santiago, el italiano de 36 años no sólo ganó la carrera masculina de eliminación directa del Mundial de Pista, sino que selló un final de cuento que pocos atletas llegan a escribir.
La imagen de Viviani cruzando los brazos en señal de triunfo, indicando que su viaje había llegado a su capítulo final, se unió instantáneamente a las despedidas más icónicas del deporte. El veterano ciclista se había prometido una medalla más antes de colgar las ruedas, y lo hizo de la forma más rotunda posible.
"El año pasado, cuando todavía estaba buscando equipo en febrero, esto es exactamente lo que quería decir",
explicó Viviani después en declaraciones recogidas por Bici.Pro.
"Quería demostrar que todavía podía ganar en la carretera, y lo hice. Terminar mi carrera en un Mundial, con el maillot arco iris, es fantástico. Me retiro en lo más alto, es lo que quería y esperaba. Así que sí, este es realmente el final perfecto".
Elia Viviani se retira del ciclismo por todo lo alto
La última bala: una medalla de oro
Entre bastidores, Viviani había confesado sentir unos nervios que hacía años que no sentía. Pero cuando empezó la carrera, recuperó sus viejos instintos. Vuelta tras vuelta leyó el terreno a la perfección, lanzando su movimiento decisivo con la sincronización que le convirtió en uno de los grandes rematadores del ciclismo.
En el esprint final ya no hubo competición, sólo un campeón saboreando sus últimos metros en un escenario mundial.
Sus compañeros italianos rugieron desde la pista, muchos de ellos con camisetas de homenaje con el lema "The Last Dance". Cuando Viviani cruzó la línea de meta, el público estalló: en parte celebración, en parte despedida a una figura que ayudó a transformar el ciclismo de pista italiano:
"Mi mayor orgullo es haber ayudado a construir este movimiento con Marco Villa y todos los que han trabajado entre bastidores. mLes digo a los jóvenes ciclistas: creed en vuestros sueños, apuntad alto, trabajad duro. Así es como se llega a estos momentos. Las chicas han traído a casa oros olímpicos, los hombres están progresando: el futuro parece brillante".
Las palabras de Viviani tenían el tono de un mentor que podría no dejar del todo el velódromo. Antes de viajar a Chile, insinuó que su próximo capítulo podría seguir dentro del deporte. Pero, por el momento, su atención se centra en unas merecidas vacaciones con su esposa, la también profesional Elena Cecchini, que voló para presenciar en persona su última carrera.
El seleccionador italiano, Dino Salvoldi, que dirigió al equipo masculino durante los Mundiales, describió la victoria de Viviani como "el cierre perfecto" de una campaña que superó las expectativas:
"No podíamos haber pedido un final mejor. La victoria de Elia fue emotiva, pero también demostró su clase. Incluso en nuestra última carrera, la madison, alineamos a dos corredores nacidos en 2005 contra especialistas mundiales: el objetivo era aprender, y lo hicieron. Así es como se progresa".
Tras más de una década coleccionando medallas en todas las disciplinas, Elia Viviani se marcha como campeón y arquitecto a la vez: un corredor que no sólo ganó para Italia, sino que ayudó a remodelar todo su programa de pista.
Si éste fue realmente su "Último Baile", terminó -adecuadamente- con el sonido de los aplausos, el oro colgado del cuello y la satisfacción de abandonar el escenario en el momento preciso.