La carrera femenina en carretera de los Campeonatos del Mundo prometía dramatismo y lo tuvo, ya que
Annemiek van Vleuten consiguió una sorprendente victoria en solitario al atacar en el último kilómetro. Sin embargo, en el fondo del grupo se encontraba
Niamh Fisher-Black, que se proclamó campeona del mundo en la clasificación sub-23.
La corredora neozelandesa estuvo presente en la parte delantera cuando se atacó en las dos últimas vueltas y fue la única corredora de la prueba sub-23 que superó las subidas en cabeza. Esto le permitió, a pesar de terminar última en el grupo en el puesto 12, conquistar el campeonato mundial sub-23.
Esperemos que sea la última que la UCI junte a las élite con las sub-23. No es bonito ganar no llegando la primera a la meta.