Wesley Kreder sufrió un infarto repentino a finales de agosto. Afortunadamente para el neerlandés de 32 años, su mujer acudió inmediatamente para administrarle los primeros auxilios. El corredor del
Cofidis pensó entonces que seguiría como ciclista profesional, pero por consejo de su médico ha decidido dejarlo.
"Después del infarto que sufrí, me dije que podría volver al alto nivel y competir. Pero mi médico me aseguró que parar era la mejor y más sabia solución", dice Kreder.
Kreder padecía miocarditis, una inflamación del músculo cardiaco. Para reducir al máximo el riesgo de sufrir otro infarto, ha decidido retirarse. "Conozco los sacrificios y el nivel de forma física necesarios para rendir al máximo nivel, pero eso no es compatible con lo que yo tenía. La decisión no fue fácil, pero cuando miro a mis hijos y a mi familia, sé que hice lo que había que hacer. He tenido una buena carrera, quiero recordar lo positivo. Ahora pasaré tiempo con mis hijos y mi mujer y disfrutaré de la vida en familia".
Lo que le deparará el futuro sigue siendo un misterio para Kreder. De momento no piensa en trabajar. "Quiero esperar un poco más antes de empezar a buscar trabajo. Espero que mi historia sirva para que la gente diga que la mejor lección es que la vida es demasiado corta para no amarla. Y yo también intentaré aprovecharla".
