El Tour de Francia de este verano había despertado una gran expectación, ya que las grandes estrellas del ciclismo se iban a enfrentar por el Maillot Amarillo en una carrera que hará la boca agua a los aficionados. Lamentablemente, una caída en la Itzulia parece haber echado por tierra esa idea. Tres de los "4 grandes" se vieron implicados en el accidente. Remco Evenepoel, con múltiples fracturas, y Primoz Roglic, sin fracturas pero cubierto de rasguños y magulladuras, y Jonas Vingegaard, quien resultó más afectado y sigue hospitalizado en el momento de escribir estas líneas, casi dos semanas después del incidente.
"Tenemos que ver cómo se recuperan como personas y sólo entonces podremos pensar en cuándo volverán al ciclismo. Por el momento es demasiado pronto, tenemos que dejarles descansar y recuperarse", dijo el director de Visma - Lease a Bike, Richard Plugge a Cycling News cuando se le pidió una actualización sobre la condición del danés.
Plugge, defensor a ultranza de una mayor seguridad de los corredores en el pelotón, está enfadado: "Las caídas arruinan nuestro deporte", afirma sin rodeos. "Todo el mundo esperaba el gran duelo del Tour de Francia entre Jonas Vingegaard, Tadej Pogacar, Primoz Roglic y Remco Evenepoel. Sería muy triste para el deporte que alguno de ellos no pudiera correr el Tour de Francia. Tenemos que hacer algo al respecto. Es muy difícil ver a tus ciclistas tirados en el suelo y saber que los jóvenes, sus familias y sus amigos también lo sufrirán. No sólo me duelen Jonas o Wout, es terrible ver a cualquier corredor sufrir una fuerte caída".
La puesta en marcha de la campaña SafeR de Plugge en el pelotón se ha retrasado debido a la burocracia de la UCI, para gran frustración del jefe de Visma. "La falta de acción en materia de seguridad me entristece y me enfada mucho. Tenemos el principio de la solución en el proyecto SafeR. Básicamente está listo para ponerse en marcha, pero por razones políticas se está alargando mucho. Hace años que urge la seguridad, pero ¿cuántas llamadas de atención necesitamos?", se pregunta enfadado. Si mejora la seguridad, mejora la seguridad, es bueno para todos".
"Toda la gente que se sienta delante de la televisión o está pegada a las redes sociales, quizá debería probar a correr sobre adoquines mojados: es como una pista de hielo, no es seguro", concluye, alabando la introducción de una chicane antes del Bosque de Arenberg en la reciente París-Roubaix.
"Todos debemos contribuir a mejorar la seguridad. Todos nos beneficiamos de un deporte seguro: el corredor, obviamente, pero también sus equipos y patrocinadores, los organizadores de las carreras, la UCI y, por supuesto, los aficionados y cualquiera que ame nuestro deporte. Todos tenemos que estar dispuestos a cambiar el deporte, aunque no nos gusten los cambios o nos cuesten algo. A la larga nos beneficiaremos. Tenemos que anteponer la seguridad".