Una jornada de entrenamiento de invierno estuvo a punto de acabar en tragedia para el
Sc Padovani Polo Cherry Bank en la provincia de Verona. Un grupo de corredores del conjunto veneto fue víctima de un grave episodio mientras rodaba por las carreteras cercanas a Dolcè, en la Val d’Adige: un automóvil se colocó a su altura y desde su interior se efectuaron dos disparos en dirección a los ciclistas. Afortunadamente, no se registraron heridos.
El propio equipo dio a conocer lo sucedido a través de sus canales oficiales, detallando una secuencia que dejó conmocionados a corredores, técnicos y directivos. Según explicó la formación, el grupo se encontraba realizando una concentración de preparación previa a Navidad, con entrenamiento en carretera y seguimiento constante del staff desde los vehículos del equipo.
“De repente, un coche de color oscuro se acercó a los chicos que iban en bicicleta. El conductor bajó la ventanilla y disparó dos veces contra los atletas. Los corredores apenas tuvieron tiempo de agacharse por el susto, y acto seguido el vehículo se dio a la fuga sin dejar rastro”, recoge el comunicado difundido por la Sc Padovani Polo Cherry Bank. El suceso tuvo lugar a última hora de la mañana, mientras el grupo dirigido por los directores deportivos
Dimitri Konychev, Matteo Paiola, Franco Lampugnani y Biagio Conte se entrenaba en la zona.
La dinámica del entrenamiento estaba cuidadosamente planificada. El programa incluía tramos en doble fila, por lo que la plantilla se había dividido en dos grupos de siete corredores, rodando por la carretera estatal SS12, cerca de Dolcè, y acompañados por tres coches del equipo. Durante una fase de traslado, cuando uno de los vehículos se adelantó para esperar al grupo en el punto de retorno, se produjo el ataque. Tras regresar al cuartel general instalado en el Veronello Resort, la sociedad recopiló testimonios e imágenes para presentar una denuncia formal ante las autoridades competentes.
Ahora serán los investigadores quienes deban
esclarecer lo ocurrido y determinar, entre otras cuestiones, si los disparos fueron realizados con munición real o de fogueo. Un extremo que, incluso de confirmarse como balas de salva, no reduciría la gravedad ni lo inquietante de lo sucedido.
En el equipo, aliviados
El presidente del club, Galdino Peruzzo, expresó su alivio por el desenlace sin consecuencias físicas para los ciclistas, aunque no ocultó la preocupación por lo ocurrido. “Estamos tranquilos porque todos los chicos están bien, pero lo que pasó es terrible y esperamos que no vuelva a repetirse nunca más. La carretera es el gimnasio de nuestros corredores y como sociedad adoptamos todas las medidas posibles para que entrenen con seguridad. Por desgracia, ante la locura de ciertas personas, poco se puede hacer. Además, no es el primer episodio de agresión por parte de automovilistas que sufrimos en estas semanas. En septiembre, Marco Palomba fue atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Es necesario concienciar a todos los que se ponen al volante sobre el respeto”, afirmó.
En la misma línea se manifestó el director deportivo Dimitri Konychev, quien subrayó el cuidado con el que se eligen los recorridos de entrenamiento. “La zona del Lago de Garda es de las más hospitalarias y adecuadas para entrenar en esta época del año. Cada día diseñamos los itinerarios con atención, evitando las principales vías y las horas de mayor tráfico. Precisamente por eso nos desplazamos a la Val d’Adige, a una carretera amplia y fluida que los sábados no tiene tráfico pesado. Nuestros corredores llevan ropa visible y luces en las bicicletas, y estuvieron acompañados por la ammiraglia desde el primer hasta el último kilómetro. En ocasiones facilitamos que los coches puedan adelantar, pero hace falta mucho más respeto”, concluyó.