Sepp Kuss conserva el maillot rojo por un pequeño margen: "Estoy contento de cómo he corrido y de haber aguantado"

Sepp Kuss lo pasó mal en la subida final a Bejes en el final de la decimosexta etapa de la Vuelta a España. El líder estadounidense del Jumbo-Visma vio cómo su compañero de equipo Jonas Vingegaard ganaba la etapa y se hacía con el segundo puesto, además de perder cuatro segundos con un grupo que incluía a algunos de los rivales más cercanos.

"Ha sido una subida muy explosiva, pero estoy contento de cómo he corrido y de haber aguantado", dijo el escalador, que vio cómo la victoria de etapa iba a parar a manos de Vingegaard. El danés hizo su movimiento pronto y aguantó bien. Inicialmente, el equipo quería tirar de la carta de Roglic, admitió también Kuss a los medios españoles. "Pero el plan cambió un poco. Justo antes de la parte empinada de la subida final, Jonas preguntó por radio si podía atacar. Fue un momento muy bueno para él".

Vingegaard abrió inmediatamente un gran hueco. "Todo el mundo se miró y él subió superrápido. Realmente era imparable. Ha sido un gran día para el equipo", recuerda Kuss el resultado de la etapa en una rápida entrevista con la organización.

"Yo también me sentí bien", añadió, a pesar de que no pudo seguir el ritmo de Enric Mas, Juan Ayuso, Aleksandr Vlasov y Primoz Roglic en el último kilómetro empinado. Kuss perdió cuatro segundos respecto al cuarteto, pero no está preocupado por el miércoles, cuando está previsto el Angliru. "Mañana es una historia completamente diferente. Todavía tengo buenas piernas y estoy deseando que llegue".