El año pasado, la presentación del
Giro de Italia se retrasó hasta finales de diciembre, lo que complicó la planificación de los líderes del World Tour a la hora de decidir qué Gran Vuelta disputarían. No hay indicios de que el retraso se repita este año y, en el próximo mes, deberíamos conocer el recorrido de la edición de 2026. Muchos detalles parecen ya bien definidos.
Todo apunta a que la carrera comenzará en Bulgaria, un destino poco habitual para la salida de una Gran Vuelta, pero que sigue la línea reciente de la Corsa Rosa, que ha incluido países de Europa central y oriental como Hungría o Albania, brindándoles una oportunidad histórica.
Según todas las informaciones, la primera etapa del próximo mes de mayo partiría desde la ciudad de Burgas, a orillas del mar Negro, tras un acuerdo millonario cerrado hace unos meses con los organizadores. Resulta llamativo que el Giro aún no haya confirmado ni hecho pública la noticia, lo que deja abierta la posibilidad de un cambio, aunque parece poco probable. A comienzos de año se llegó a rumorear que la ciudad nororiental de Trieste podría acoger la
Grande Partenza, pero esa opción hoy parece prácticamente descartada.
Lo más probable es que el arranque incluya tres etapas en Bulgaria, con finales en Veliko Tarnovo, Plovdiv y, como es lógico, Sofía, que acogería la tercera jornada. Al igual que ocurrirá el próximo año, se trataría de una oportunidad para impulsar el ciclismo en un país con poca tradición en este deporte, antes de un día de descanso y traslado al sur de Italia.
Se mantendría un formato clásico, con la carrera avanzando hacia el norte y con los Apeninos sirviendo de escenario para los primeros desafíos de montaña, con un posible final en Blockhaus, la mítica ascensión que en el pasado ha generado grandes diferencias entre los favoritos. En los últimos años, Nápoles ha sido escenario de varias llegadas, y es probable que en 2026 vuelva a figurar en el recorrido.
En cambio, todavía hay incertidumbre sobre el tránsito hacia los Alpes. Los rumores sobre un posible final en Turín resultan bastante coherentes, especialmente porque también podría incluirse una etapa íntegra en el Valle de Aosta, esta vez con final en alto en Cervinia, una ascensión que ha protagonizado múltiples llegadas en las últimas décadas del Giro.
Cervinia, utilizada por última vez en 2018, es una de las llegadas a la cima con más fuerza para el Giro de 2026. @Imago
¿Qué más se puede esperar de los Alpes?
Ha habido rumores de ida y vuelta de que el Monte Zoncolan podría tener un regreso en 2026, una subida que se había utilizado junto con Cervinia en la edición de 2018, pero en este momento parece poco probable. Pero sigue siendo una gran posibilidad que la carrera se dirija brevemente hacia Suiza para un final en la cumbre en Carí dentro de la segunda o potencialmente la tercera semana de la carrera, en la que también deberíamos ver una etapa difícil en los Dolomitas, que probablemente incluya el Passo Giau, pero sin un final en la cumbre allí.
A diferencia del Tour, el recorrido del Giro sigue sin desvelarse a punto de desvelarse, lo que en última instancia alimenta el misterio y las distintas posibilidades que barajan los organizadores de la carrera. También se han rumoreado finales en Sella dei Generali y Val Comelico, pero sin un respaldo sólido, sigue siendo difícil saber si se concretarán. Es probable que la carrera termine en Milán después de varias ediciones y que Roma acoja su final, y esto podría muy bien ser con una contrarreloj como ha sucedido en el pasado en varias ocasiones.