La grandeza del
Tour de Francia está en Francia. La grandeza del Tour de Francia le hace permitirse pasarse por el forro las normas no escritas sobre qué días es mejor colocar etapas de montaña. De hecho, todo lo contrario.
Cada vez colocan menos etapas de alta montaña en fines de semana por la bestial cantidad de gente que acude a las llegadas. Controlar esa cantidad de gente es peor que hacer que los fans se quejen en Twitter. Que no permitir que los que no pueden ver etapas entre semana porque están trabajando puedan ver etapones el fin de semana. Les da igual. Les da igual porque se lo pueden permitir.
En la séptima etapa del sábado 12 de julio tuvimos una cota de cuarta que estaba a reventar de gente. A reventar. El Tour en Francia es una religión y al Tour le da igual pensar en el resto del mundo. Y hacen bien.
Este lunes han roto la norma de los lunes y los días de descanso para vivir una etapa bestial en el Macizo Central el Día de La Bastilla, el Día Nacional de Francia. 14 de julio de locura seguro con puente y con miles de galos tirados en las carreteras para ver pasar medio segundo a un pelotón que cada año va más rápido.
Imagino que a nivel televisivo, la mayor parte de la pasta que recibe el Tour viene de France Télévisions y les da igual que el resto se quejen. Hacen lo que interesa en Francia. Podrán llevar 40 años (mi edad) desde que un francés (Bernard Hinault - echad un vistazo a su palmarés antes de asegurar que ya Pogacar le ha superado) ganó por última vez la Grande Boucle. Les da completamente igual. Es la mejor carrera del mundo. No hay nada comparable. Ahora se han vuelto a poner de moda los Monumentos, pero, seamos sinceros, a nadie que no sea un freak del ciclismo le interesa el Tour de Flandes. A nadie.
El Tour, sin embargo, está en la vida de todos. Uno sabe que antes de ir a la playa tiene a 200 tíos rodando por toda Francia. Uno está viendo los paisajes de un país espectacular, aunque sea entre siesta y siesta.
Podemos seguir quejándonos en Twitter, en Instagram o dónde queráis de que haya 2 etapas llanas para esprinters en fin de semana. Pero eso a los que mandan les da igual. Y hacen bien. Uno se hace gigante respetando sus tradiciones (no hay más que comparar a la Premier League y a La Liga para darse cuenta de ello).
El que no quiera ver etapas al esprint en fin de semana que se vaya a la playa, la piscina o la montaña, pero que deje de dar la vara. El Tour de Francia va a seguir haciendo lo que más le conviene. Menos quejarse y más disfrutar del único producto ciclista que a nivel mundial es trascendente.