En dos ocasiones, en 2017 y 2020,
Mikel Landa ha terminado cuarto en la clasificación general del
Tour de Francia. Con la edición de este año de la Grande Boucle con muy pocos kilómetros de contrarreloj individual, el español confía en subir finalmente al podio después de quedarse con la miel en los labios en aquellas dos ocasiones.
"Sería un sueño subir al podio en un Tour de Francia que empieza en mi casa", dijo el líder del
Bahrain Victorious, de 33 años, al diario MARCA. "Estoy contento de que la contrarreloj sea corta este año y de que llegue bastante tarde. Me da alas que este Tour de Francia tenga tan poca contrarreloj".
Se espera que
Jonas Vingegaard y
Tadej Pogacar luchen por el maillot amarillo, pero el tercer lugar del podio parece estar muy abierto y, como dice Landa, si los dos principales favoritos se concentran demasiado el uno en el otro, es posible que el español consiga una victoria sorpresa.
"Si se convierte en una carrera loca y tienen dudas, podemos aprovecharlo y atacar", explica. En la mente de Landa también estará
Gino Mäder, tras la trágica muerte de su compañero de equipo en la Vuelta a Suiza. "Sería bonito poder dedicarle una victoria. Estará con nosotros durante todo el Tour".