Pese a tener 49 años y haber terminado recientemente su 28ª temporada como profesional,
Francisco Mancebo sigue subiéndose a la bicicleta con la misma ilusión del primer día. Por eso, el español seguirá compitiendo un año más, lo hará con medio siglo a sus espaldas y tras haber fichado por el Pingtan International Tourism Island Cycling Team.
Han pasado casi 20 años desde que el ciclismo de primer nivel dejó de contar con Paco Mancebo tras ser señalado en la
Operación Puerto. Sin embargo, el abulense jamás se ha bajado definitivamente de la bici. Ha cruzado medio planeta para seguir compitiendo, y ahora se prepara para un nuevo capítulo en China que prolongará su carrera profesional más allá de su 50.º cumpleaños.
En estos días, Mancebo se encuentra en Osaka, donde combina los últimos compromisos con el Matrix-Powertag con otra de sus debilidades: la caza de videojuegos retro. La afición renació durante su etapa en Japón y, según cuenta, le conecta con los primeros años de su vida adulta.
“Empecé a jugar videojuegos en 1994, cuando hacía el servicio militar”,
explica a Domestique. “Me gustaban los videojuegos hasta aproximadamente 2001 o 2002. Las consolas más nuevas son una maravilla en cuanto a gráficos, pero el único juego nuevo al que realmente juego es el FIFA con mi hijo. Prefiero lo retro y, bueno, supongo que soy un tipo retro…”.
Aquel joven recluta de 18 años que soñaba en silencio con ser profesional jamás habría imaginado que, tres décadas después, aún seguiría tomando la salida en carreras de nivel internacional. Pero lo hará:
el mes pasado se anunció su fichaje por el Pingtan International Tourism Island Cycling Team, lo que garantiza su presencia en el pelotón continental en 2026, ya con medio siglo cumplido.
Cuesta procesar que alguien que debutó con el Banesto en 1998 —compartiendo plantilla con Abraham Olano y José María Jiménez— siga hoy abrochándose el dorsal. El propio Mancebo se ríe cuando se le plantea aquel escenario:
“Cuando empiezas como profesional, piensas que te vas a retirar a los 32 o 33 años, que era cuando antes se retiraba la gente. Ahora se dura más, pero aun así, 50 es mucho tiempo…”, dice desde Japón. “Pero no, ha pasado porque ha pasado. No es algo que se planee ni se busque”.
Paco Mancebo seguirá compitiendo como profesional en 2026.
Pese a ello, muchos se preguntarían por qué mantiene en marcha una carrera que hace casi dos décadas salió despedida de la élite. Mancebo, que vive en Navaluenga y ha pasado años enlazando equipos continentales por salarios modestos, lo explica sin rodeos:
“Me gusta competir y me gusta la vida ciclista. Me gusta el ambiente en general, pero ser director deportivo o soigneur no es tan agradable como ser ciclista. Así que mientras pueda, mi cabeza querrá correr. Mis piernas están cada vez peor, pero mi cabeza siempre está ahí”.
Su camino recuerda inevitablemente al de Óscar Sevilla, que seguirá con el Team Medellín-EPM en 2026, e incluso al del fallecido Davide Rebellin, que compitió hasta los 52 años. Mancebo acepta la comparación y añade:
“Las exigencias no son las mismas que las de un equipo WorldTour, ¿verdad? Y, en definitiva, seguimos aquí porque nos encanta, nos encantan las carreras y la vida ciclista”.
La Operación Puerto lo cambió todo
Como ocurrió con Sevilla y Rebellin, la Operación Puerto alteró el rumbo de su trayectoria de forma irreversible. El caso estalló en 2006, y tanto él como Sevilla fueron apartados de inmediato. Aunque ninguno recibió una sanción efectiva, su puerta de entrada al WorldTour quedó clausurada.
Tras ser despedido por AG2R, ambos coincidieron en el Relax en 2007. No obstante, la notoriedad de los nombres involucrados provocó que se les negara la invitación a la Vuelta y que el equipo bajara la persiana al final de año. 3 años antes, Mancebo había estado a punto de subir al podio del Tour; ahora, como tantos ciclistas españoles caídos en desgracia, recalaba en el circuito continental portugués.
“Bueno, obviamente, mi carrera estuvo marcada por la Operación Puerto. Fue un punto de inflexión”, reflexiona. “No nos dejaron correr la Vuelta con Relax, y ahí fue donde realmente cambió todo, en lugar de en 2006. Si hubiéramos podido seguir a ese nivel, podría haberme retirado a los 33 o 34 años. Pero competir a un nivel menos exigente te permite disfrutar más y aguantar más”.
Hoy, ese disfrute sigue siendo la gasolina que lo mantiene en marcha… incluso cuando las piernas se quejan.