Mathieu van der Poel intentará hacer historia nuevamente en la tradicional carrera París-Roubaix que se corre a principios de año. El neerlandés viene de ganar las dos ediciones anteriores y buscará seguir ampliando su palmarés en la prestigiosa competencia.
La preparación para una carrera tan brutal como la París-Roubaix va más allá del entrenamiento físico, requiere un equipo completo comprometido al 100% con el objetivo. Los compañeros de equipo de Van der Poel en el Alpecin-Deceuninck ofrecieron una visión del enfoque del equipo, su mentalidad y la rutina previa a uno de los eventos más emblemáticos del ciclismo.
La París-Roubaix comienza mucho antes de que los corredores salgan a rodar sobre los adoquines. El día del equipo empieza temprano, con el desayuno como ritual de preparación física y mental. Oscar Riesebeek explicó a WielerRevue, "Me levanté entre las siete y las ocho, creo. Temprano, pero soy madrugador. Mathieu es alguien que suele levantarse temprano, Gianni también. Normalmente a los velocistas les gusta más dormir hasta tarde."
A pesar del madrugón, el equipo mantiene un ambiente relajado. "Siempre hay un ambiente agradable y relajado", continúa Riesebeek. "Si hay alguna persona que tiene un poco más de problemas por la mañana, enseguida se une al ambiente del grupo".
Para Gianni Vermeersch, madrugar es un obstáculo menor: "Me desperté sobre las seis y media. Soy una persona que se despierta rápido, no alguien que necesite una hora más, porque enseguida tengo energía", afirma. Su compañero de desayuno, Jasper Philipsen, tiene un enfoque diferente: "Jasper es el que más tiempo puede dormir y el último en desayunar. El día antes de la carrera, también puede dormir bastante por la tarde para estar totalmente descansado en la salida", señala Vermeersch.
Antes de la París-Roubaix, el equipo se asegura de cubrir todos los detalles, aunque la estrategia en sí sigue siendo sencilla: "La París-Roubaix es una carrera fácil: hay que estar delante en cada tramo de adoquines", explica Vermeersch. El día de la carrera, Vermeersch atribuyó su confianza a la preparación y a la recuperación. "Hicimos un buen reconocimiento y estuvimos en un hotel los tres días anteriores a la carrera. Eso te asegura saber exactamente cómo y qué en el briefing".
Para corredores experimentados como Vermeersch, los nervios no son un factor tan importante, pero la importancia del equipamiento puede añadir una capa extra de tensión. "El material es muy importante en esta carrera. Eso me pone un poco más nervioso", admitió. Sin embargo, la camaradería del equipo ayuda a aliviar la tensión. "En el autobús nos animamos unos a otros, con un poco de música, pero en cualquier caso todo el mundo está muy motivado para una carrera como Roubaix. Sobre todo porque nuestro núcleo de clasicómanos está muy unido".