Puede que Lukas Nerurkar aún esté un poco fuera del radar, pero este joven de 21 años ya ha mostrado destellos de gran talento, mejorando progresivamente cada temporada. Además, su historia como profesional es tan interesante como su perfil como corredor. Hijo del fondista olímpico británico Richard Nerurkar, creció en la altitud de Etiopía y, al mirar atrás, cree que eso podría haberle beneficiado.
"Supongo que hice mi primer campamento de altitud a los siete años", comenta con una sonrisa en una entrevista con Rouleur. "No estoy seguro del impacto exacto de haber vivido allí, pero siento que cuando subo a la altitud ahora, tengo una ventaja sobre otros ciclistas y me aclimato más rápido. Tal vez ese sea un beneficio oculto".
Aunque Nerurkar no irrumpió con fuerza en la categoría sub-23 con el Trinity Racing, nunca dejó de perseguir su objetivo. "Cuando estaba en el Trinity, tenía a Tom Gloag un par de años por delante y observé cómo afrontaba el salto al profesionalismo. Eso hizo que lo viera como una meta realista, aunque en mi primer año sub-23 no lograra grandes resultados. Me di cuenta de que, si seguía esforzándome, aún tenía la oportunidad de convertirme en profesional en mi tercer o cuarto año".
No tardó en lograr un resultado clave en O Gran Camiño 2023, donde finalizó sexto en una prueba del WorldTour liderada por Jonas Vingegaard. "Me sentía bien en los entrenamientos antes de la carrera, pero nunca había conseguido trasladarlo a la competición. En la primera etapa tuve un buen rendimiento y al principio me sorprendió. Pensé si podía ser algo puntual, pero cuando la carrera siguió en esa línea, marcó un antes y un después. Estar en el podio en algunos momentos junto a Vingegaard fue muy especial, un momento para pellizcarse".
Después de ese desempeño, no tardaron en llegar las ofertas de los equipos de primer nivel. "El EF era el equipo en el que realmente quería estar, y cuando asistí a una de sus concentraciones, confirmé que era la mejor opción. Firmé con ellos antes del Giro, lo que me quitó presión para el resto de la temporada. Tienen un enfoque distinto: si puedes rendir desde el principio, te lo permiten, y te dan la oportunidad de probar diferentes tipos de carreras en lugar de encasillarte en una sola especialidad. No aplican el mismo modelo para todos los ciclistas", explica Nerurkar.
En su primer año, el joven de 21 años dejó su huella con un destacado cuarto puesto en la Eschborn-Frankfurt, entre otras actuaciones. "En el futuro creo que descubriré exactamente en qué soy mejor. Me siento bien escalando y esprintando, pero también me defiendo en alta montaña. Creo que puedo mejorar en ese aspecto en los próximos años".