La Etoile de Bessèges quedará marcada como una de las carreras más polémicas de los últimos años. En cuanto a lo deportivo, el francés Kevin Vauquelin arrasó ganando las dos últimas etapas y la clasificación general final, aprovechándose de un pelotón reducido.
Y como si la reputación manchada de la carrera francesa de 2.1 no fuera suficiente, la UCI también planea examinar más de cerca los acontecimientos de la semana pasada, que incluyeron la carga de coches en el pelotón, varios cambios de ruta y sólo un poco más de un tercio de los corredores que terminaron la carrera. Con pocas excepciones, sólo los corredores de los equipos del país de origen.
Muchos ya se han pronunciado sobre el escandaloso nivel organizativo de la Etoile de Bessèges, pero la UCI ha permanecido de brazos cruzados durante la mayor parte del caos, quizás en un ligero letargo tras la larga temporada de ciclocross y ha permanecido en silencio a pesar de la huelga de corredores presentes en el lugar, dando discretamente un "sí" al organizador para, en cualquier caso, continuar con la carrera.
No ha sido hasta ahora cuando la UCI ha emitido por fin una declaración oficial firme en el sentido de que se iniciará una investigación:
"Se están tomando medidas para evitar que se repitan los problemas ocurridos durante estas etapas, aunque algunos equipos han optado por retirarse de la carrera. La UCI investigará a fondo los problemas con los cierres de carreteras y tomará las medidas necesarias. Lo haremos teniendo en cuenta las sanciones previstas en el artículo 2.12.011".
Según Het Nieuwsblad, la Etoile de Bessèges puede esperar una fuerte multa en cualquier caso. Además, la competición puede ser puesta bajo supervisión y podría verse obligada a contratar a organizadores con más experiencia, así como a un mayor elenco de apoyo para mantener el control sobre todos los puntos de control potencialmente peligrosos del recorrido. En última instancia, podríamos ver más etapas reducidas a circuitos, como ya está ocurriendo en los Países Bajos, donde la falta de fuerzas policiales se está convirtiendo en la cuchilla en el cuello de muchos organizadores.