La polémica ha estallado en el
Tour de Romandía Femenino 2025. Antes de comenzar su etapa inaugural (que ha ganado la española Paula Blasi), la
UCI descalificó hasta a 6 equipos de la carrera. ¿El motivo? No utilizar el nuevo sistema de seguimiento por GPS implantado para evitar muertes como la de Muriel Furrer en el Mundial de Zúrich 2024.
Las consecuencias de una de las polémicas previas a la carrera más extraordinarias de los últimos tiempos siguen agravándose, ya que los equipos descalificados emitieron un comunicado conjunto en el que acusaban a la UCI de "despreciar los derechos de equipos y corredores" y de aplicar los protocolos de seguridad de forma "discriminatoria".
La
declaración, firmada por Canyon/SRAM zondacrypto, EF Education-Oatly,
Lidl-Trek, Team Picnic PostNL y
Visma - Lease a Bike, se produce tras la decisión del organismo rector de expulsarlos de la carrera por etapas suiza de tres días de duración antes incluso de que comenzara la etapa inaugural (como se ha dicho,
con triunfo de Paula Blasi en la cronoescalada).
Según el protocolo de la prueba, un corredor por equipo debía llevar una unidad GPS de 63 g durante toda la carrera. Aunque la UCI insistió en que el sistema era seguro y en que sus normas se habían comunicado con claridad -citando los artículos 1.3.073 y 2.12.007/3.5.3 de su reglamento-, los equipos afectados alegaron que la medida se había impuesto sin suficiente consulta, claridad sobre la responsabilidad o acuerdo sobre cómo se aplicaría la prueba.
En su declaración, los equipos subrayaron que en principio no se oponían a la localización por GPS y que, de hecho, habían ofrecido a la UCI el acceso a un sistema alternativo plenamente operativo que ya se utiliza en otras grandes carreras y que cubre todo el pelotón.
Afirmaron que su negativa se centraba en la insistencia de la UCI en que fueran los propios equipos los que seleccionaran a los corredores que llevarían el dispositivo, una elección que, según ellos, era injusta, potencialmente discriminatoria y estaba fuera de su responsabilidad.
"No seleccionaríamos a una corredora nosotros mismos, ni instalaríamos, retiraríamos o mantendríamos el dispositivo", reza su declaración conjunta. "La UCI o su socio eran libres de seleccionar a una corredora e instalar el dispositivo bajo su propia responsabilidad si creían que estaban en su derecho de hacerlo".
A pesar de esa postura -y de las múltiples cartas enviadas a principios de semana en las que expresaban tanto su preocupación por la seguridad como su disposición a cooperar en diferentes términos-, los equipos afirman que la UCI no asumirá la tarea de seleccionar a las corredoras, ni explicará por qué.
Visma estuvo entre los equipos descalificados en el Tour de Romandía Femenino
El comunicado también acusa a los comisarios de la UCI de no haber presentado una norma específica que obligue a los equipos a señalar a un corredor para exigirle equipamiento adicional, a pesar de las "múltiples peticiones de los dos últimos días".
Esta acción ignora los derechos de los equipos y de las corredoras, aplica la medida de forma discriminatoria y contradice "el compromiso declarado de la UCI de dialogar con las partes interesadas", escribieron los equipos. "Siempre estamos a la vanguardia para hacer del ciclismo un deporte más seguro, pero debe lograrse a través de la colaboración, no de la coacción".
La UCI se mantiene firme
La UCI no ha dado muestras de dar marcha atrás, calificando la negativa de los equipos de "sorprendente" y "deplorable", y argumentando que socava los esfuerzos por mejorar la seguridad antes de la implantación prevista del seguimiento por GPS en el Mundial de ruta de 2025 en Kigali.
El organismo rector señaló que la mayoría de los equipos descalificados son miembros de Velon, que utiliza su propia tecnología de GPS y telemetría. Este comentario ha sido interpretado por muchos en este deporte como una sugerencia apenas velada de que las rivalidades comerciales pueden haber influido en el enfrentamiento, algo que los equipos han rechazado categóricamente, insistiendo en que sus objeciones se refieren al proceso y a la equidad, no a intereses comerciales.
Las duras consecuencias
El incidente deja al Tour de Romandía Féminin con un pelotón muy mermado, en el que no sólo faltan seis equipos World Tour, sino también corredoras clave como el defensor del título, Demi Vollering, apartado por enfermedad.
El jefe de EF, Jonathan Vaughters, resumió la frustración de los equipos en un post en las redes sociales que ya ha sido ampliamente compartido: "Utilizar un evento World Tour como campo de pruebas no es correcto. Una vez que has decidido imponer tu voluntad, ¿te niegas a seleccionar a los ciclistas que serán las víctimas y echas esa decisión a los equipos? No está bien. ¿Y luego descalificar a los equipos por no elegir a la víctima?".
Con la UCI insinuando "otras medidas" de acuerdo con su reglamento, el enfrentamiento podría ir más allá de Romandía. El hecho de que las dos partes puedan encontrar un terreno común antes de Kigali podría sentar un precedente sobre cómo se configura el futuro tecnológico del ciclismo y quién toma esas decisiones. Por ahora, el mensaje de los equipos descalificados es claro: la seguridad no es el problema. Lo es el proceso. Y creen que la UCI se ha pasado de la raya.