Patrick Lefevere fue el hombre que tuvo la brillante idea de convertir a
Mikel Landa en gregario de lujo de Remco Evenepoel cuando aún estaba a los mandos del Soudal Quick-Step. Ahora, desde fuera, ha lamentado la caída y el abandono del alavés del
Giro de Italia mostrándole todo su cariño.
"Mi corazón sangra. Se fue el líder, pero eso es lo de menos. Cuando vi a Mikel en la ambulancia, pensé en él y no en la carrera. El ciclismo debe de ser el único deporte en el mundo en el que decimos: ‘Aún así, no está tan mal’", comentó en declaraciones recogidas por los compañeros de
Wielerrevue.
Lefevere comenta que realmente sintió algo entre él y Mikel en los meses en los que estuvieron trabajando juntos y cree que es un hombre clave en cómo funciona el equipo belga en estos momentos:
"Fue uno de los corredores con los que realmente sentí una conexión. En los últimos años, eso era más la excepción que la regla. Mikel dentro del equipo siempre ha sido lo opuesto a una isla. Habla con todos y se lleva bien con todos. Desde Remco Evenepoel hasta Junior Lecef. Si es así, es culpa de ellos y no de él".
Y explica lo especial que es un ciclista que es uno de los grandes favoritos de la afición mundial por su manera de correr:
"Mikel es un tipo especial que hace las cosas a su manera. En la Escala de Lefevere, eso suma puntos en lugar de restarlos, siempre que sea una copa y no una botella. Si alguna vez su carrera deportiva ha sufrido por su vida privada, no fue por los pequeños placeres que a veces se permite. Destaca precisamente en ese rol, mucho más que cuando lleva la presión de ser el líder".