Allan Peiper, exdirector del equipo UAE Team Emirates, fue uno de los primeros testigos del ascenso de Tadej Pogacar al estrellato del ciclismo, cuando el esloveno conquistó su primer Tour de Francia hace cinco años. Aunque Peiper se apartó del cargo por motivos personales, continúa siguiendo de cerca las carreras y no esconde su admiración por el talento excepcional de su antiguo pupilo.
El propio Peiper, exciclista profesional, tiene una conexión especial con el Tour de Flandes, donde logró terminar en el Top 10 en un par de ocasiones a finales de los años 80. “Fue una carrera que nunca pude ganar, simplemente no era lo suficientemente bueno. Pero ahora veo a Tadej brillar aquí, en terreno que conozco bien. Vivo cerca de esta zona, así que para mí es un momento culminante”, compartió en una entrevista con Sporza.
Peiper fue testigo privilegiado de la actuación de Pogacar el pasado domingo, cuando el esloveno soltó a Mathieu van der Poel en la penúltima subida al Oude Kwaremont, marcando el momento clave de la carrera. “No tuvo muchas oportunidades para descolgarlo. Sabía que tenía que hacerlo allí; de lo contrario, habría sido imposible ganar. Y lo logró”.
Siguió la carrera desde las cunetas y tuvo un encuentro especial con su exdirigido: “Le vi en la salida y le estreché la mano. Después del Koppenberg, le llamé desde una pequeña pista. Me miró de reojo y para mí, con eso, el día ya estaba hecho”.
Más allá de su rendimiento deportivo, Peiper destaca la calidad humana de Pogacar. “Tiene un corazón de oro. Siempre está pensando en los demás. Para mí, eso es una gran inspiración personal. Nunca está enfadado, nunca siente celos, y siempre acepta las cosas tal como vienen. Corre con libertad, y eso se nota en cada pedalada”.
Pogacar debutará este domingo en París-Roubaix, un territorio desconocido pero emocionante. Peiper es cauto, pero optimista: “Creo que puede hacerlo bien, aunque no es su terreno ideal. Por su peso y potencia, esta clásica debería favorecer más a Mathieu van der Poel. Wout van Aert también será clave”.
Independientemente del resultado, Peiper ya se siente más que satisfecho: “He visto ganar a mi protegido. ¿Cómo podría pedir algo mejor?”, concluyó con una sonrisa.