La Unión Ciclista Internacional ha realizado ajustes permanentes en el protocolo destinado a hacer frente a condiciones meteorológicas extremas, como respuesta al creciente impacto del calor derivado del cambio climático. Estas modificaciones buscan garantizar la seguridad y el bienestar de los ciclistas en competiciones, reconociendo la necesidad de adaptarse a las cambiantes circunstancias climáticas.
El actual protocolo de condiciones meteorológicas extremas existe en el ciclismo desde 2015 y abarca todas las condiciones meteorológicas. Debido al reciente desarrollo del cambio climático, la
UCI quiere una mejor definición para este protocolo en calor extremo, como quedó claro a finales del año pasado. Por ello, el sindicato ciclista presentó una propuesta para ampliar el Protocolo de Condiciones Meteorológicas Extremas con un protocolo especial para temperaturas extremadamente altas.
El llamado "Protocolo de Altas Temperaturas" es, por tanto, un añadido al actual Protocolo de Condiciones Climáticas Extremas y ha sido aprobado ahora por el Comité de Dirección de la UCI. "En los próximos años, cada vez más competiciones se organizarán en condiciones climáticas cada vez más difíciles", dijo la UCI en un comunicado de prensa. "Esto no hará sino aumentar el riesgo de incidentes debidos al calor".
El nuevo protocolo incluye la creación de cinco zonas de temperatura diferentes: blanca, verde, amarilla, naranja y roja. Además, se sugieren numerosas medidas posibles. Considerar la posibilidad de trasladar la zona de salida a un lugar sombreado, repartir bebidas frías y hielo a los equipos durante las competiciones, más motocicletas con botellas de agua, ajustar la hora de salida y posiblemente neutralizar ciertas partes de la competición.