El ciclismo es un deporte que, por desgracia, se ha visto manchado numerosas veces por los escándalos. En el siguiente artículo, nuestros compañeros de CiclismoAtual, han recopilado los 10 mayores de la historia, como por ejemplo el de Marco Pantani o el del español cuatro veces ganador de la Vuelta a España, Roberto Heras, en 2004.
La forma que hemos encontrado de clasificarlos es por orden cronológico, para evitar comparaciones entre casos. En un próximo artículo, profundizaremos en casos como la "Operación Ilex", y hablaremos de Marcos Maynard, entre muchos otros, que no ayudan en nada y sólo denigran el deporte.
Cuando Tom Simpson murió en pleno Tour de Francia de 1967, el ciclismo ya estaba dominado por el dopaje, en particular por los estimulantes, como demuestran las dos descalificaciones de Joaquim Agostinho en la Vuelta a Portugal. La industria farmacéutica ha evolucionado, al igual que las técnicas de dopaje. El escándalo Festina en 1998 hizo sonar una nueva alarma y fue decisivo para que el mundo del deporte dejara de fingir que no pasaba nada. Eufemiano Fuentes provocó un terremoto en el ciclismo, pero fue Lance Armstrong quien culminó la época oscura de este deporte.
Armstrong fue un ciclista que ganó siete veces seguidas el Tour de Francia, generó empatía, atrajo multitudes y fue un ídolo. Todo porque le gustaba el culto a la imagen. Tenía tantas ganas de ser el más grande de todos los tiempos que lo consiguió: en 2012, el estadounidense ganó el trofeo que concede la revista Sports Illustrated a los deportistas más antideportivos del año.
El Tour de Francia registró su primer momento oscuro relacionado con el dopaje en 1967, cuando el británico Tom Simpson murió en el Mont Ventoux, una de las montañas más míticas de la carrera, porque las anfetaminas que había tomado le impidieron darse cuenta de que su cuerpo no podía soportar el esfuerzo excesivo y el calor.
Tres años después de la muerte de Simpson, el danés Knut Jensen falleció en los Juegos Olímpicos de Roma a causa de una mezcla de anfetaminas, vasodilatadores y cafeína.
El ciclista del Sporting fue el portugués que mejores resultados obtuvo en el Tour de Francia durante los años que compitió en la carrera gala. Sin embargo, fue en Portugal donde ganó sus títulos más importantes, incluidas tres victorias consecutivas en la Vuelta a Portugal entre 1970 y 1972. La única razón por la que no tiene cinco victorias consecutivas en su palmarés es porque fue descalificado en 1969 y 1973 por dopaje, registros que ahora le llevarían a ser expulsado del ciclismo.
El Tour de Francia de 1998 estaba a punto de comenzar cuando la policía francesa detuvo en la frontera franco-belga al masajista del equipo Festina, Willy Voet, en posesión de 40 paquetes de productos dopantes. El interrogatorio de Willy Voet, de los directivos del Festina y de los ciclistas reveló que el dopaje estaba muy extendido en el equipo. La investigación judicial afectó a otros equipos del pelotón y llevó a Francia a adoptar una legislación pionera en la lucha contra el dopaje.
Las memorables victorias del "Pirata" en el Tour y el Giro de 1998 quedaron pronto en el olvido cuando el ciclista italiano entró en una espiral de autodestrucción. Expulsado del Giro de 1999 por presentar valores sanguíneos irregulares, Pantani se vio envuelto en otras acusaciones de dopaje y demandas judiciales. Se hizo adicto a las drogas y murió en 2004 de un paro cardiaco causado por una mezcla de cocaína y antidepresivos.
Llevaba los colores de Phonak cuando, en la Vuelta a España de 2004, un control antidopaje detectó rastros de una transfusión de sangre. Este resultado era idéntico al registrado un mes antes en los Juegos Olímpicos de Atenas, cuando Hamilton, que ganó la medalla de oro en la contrarreloj, no fue descalificado porque un error de laboratorio impidió un análisis posterior. Posteriormente, el ciclista estadounidense fue señalado como uno de los clientes de la trama de dopaje del médico español Eufemiano Fuentes.
En la penúltima etapa de la Vuelta a España 2004, una contrarreloj individual, Heras protagonizó una actuación extraordinaria, a la altura de los grandes especialistas de la disciplina. El español estaba a punto de conseguir su cuarta victoria en la carrera, pero el control antidopaje efectuado al final de la etapa detectó eritropoyetina y fue descalificado. También era cliente de la red de dopaje montada por Fuentes y desmantelada por la "Operación Puerto".
Con la colaboración del ciclista arrepentido Jesús Manzano, la Guardia Civil desmanteló a principios de esta temporada una red de dopaje a gran escala dirigida por el médico español Eufemiano Fuentes, cuyos "tratamientos" fueron presuntamente administrados a 58 ciclistas profesionales, entre ellos algunos de los nombres más importantes de este deporte hasta la fecha, como Jan Ullrich o Ivan Basso, dos de los nueve ciclistas a los que posteriormente se les prohibió participar en el Tour de Francia de ese año.
Tras la Operación Puerto, el pelotón World Tour parecía por fin limpio y listo para recuperar la credibilidad, especialmente en el Tour de Francia. Floyd Landis parecía descartado para la victoria final tras una mala etapa en los Alpes, pero al día siguiente "renació" y volvió a luchar por la victoria, confirmada dos días después con una buena contrarreloj. Fue un esfuerzo épico que, al final, contó con ayuda externa: testosterona sintética.
Le llaman "el padre del dopaje". Lance Armstrong estuvo en boca de todos durante años, no sólo por su consumo de sustancias ilícitas, sino también por el dopaje mecánico. Tras años negando las acusaciones a raíz de una investigación del diario francés L'Equipe, Lance fue inculpado por sus antiguos compañeros de equipo, que le denunciaron y contaron con detalle cómo y cuándo se dopó el estadounidense en cada Tour de Francia que ganó. Armstrong acabó confesando su dopaje en el programa de Oprah Winfrey y tuvo que devolver los siete títulos que había ganado. En 2021, un antiguo responsable de la AFA acusó a Lance de haber utilizado un motor en su bicicleta desde 1999, tras analizarla y comprobar que en las subidas, cada vez que ponía la mano detrás del sillín, aumentaba su velocidad. Un periodista francés afirmó que, según sus investigaciones, Armstrong había pagado 2 millones de dólares a un ingeniero húngaro por la invención del motor.