El equipo Tudor Pro Cycling afronta con ambición su segunda participación en el
Giro de Italia, pero para el estadounidense
Larry Warbasse, la aventura estuvo a punto de truncarse antes incluso del inicio oficial. Durante un entrenamiento en las carreteras cercanas a Tirana, el capitán de ruta del equipo suizo rozó la caída por culpa del estado del asfalto.
En un relato compartido en su blog para
Cyclingnews, Warbasse describe con humor y tensión el incidente: “¡Cuidado!, grité como tantas veces, intentando avisar a mis compañeros de un cráter en la carretera”.
Montado en su BMC TimeMachine TT, trató de esquivar el bache, pero terminó golpeando otro: “Mi mano, sin guante y llena de protector solar, se resbaló del manillar. Me tambaleé, pero logré sostener la bici con la muñeca. Fue por poco”.
El estadounidense reconoce que el estado de las carreteras albanesas los preocupó durante los entrenamientos: “Estábamos algo inquietos tras nuestras dos salidas previas al Giro. Pero por suerte, las etapas 1, 2 y 3 tenían carreteras bastante decentes”.
Warbasse también reflexiona sobre cómo el peligro potencia la concentración en el pelotón: “Cuando todos están en alerta máxima – por lluvia o malas carreteras – parece que hay menos caídas. Creo que es por la concentración extra que genera el peligro”.
A pesar de incidentes como las caídas de Mikel Landa y Geoffrey Bouchard en la primera etapa, Warbasse destaca que el comienzo del Giro ha sido relativamente tranquilo: “Creo que ha habido muchas menos caídas de lo habitual en los primeros días de una Gran Vuelta. Eso es muy positivo”.