Pocos trabajos son tan duros en el ciclismo como ser uno de los corredores encargados de realizar el trabajo de desgaste al frente del pelotón, controlando la diferencia con la escapada y asegurando que el líder del equipo tenga la oportunidad de disputar la etapa. En el
Giro de Italia 2025, una presencia constante en cabeza ha sido
Jacopo Mosca, corriendo al servicio de
Mads Pedersen.
"Siempre empezamos con un plan, con una estrategia clara. Y si todo va bien, sé exactamente lo que tengo que hacer. A veces puede ser un poco más o un poco menos, depende de cómo se desarrolle la carrera o de si es un buen día o no", reflexiona Mosca durante el primer día de descanso, en una conversación con Bici.Pro. "Si pienso en las dos primeras etapas: en la primera, mi trabajo era tirar hasta después del Kilómetro Red Bull, justo a la entrada de Tirana, y eso fue exactamente lo que hice. Cuando formas parte de un equipo fuerte, conoces tu papel y sabes que otro tomará el relevo cuando termines".
Aunque gran parte del trabajo de Mosca pasa desapercibido, él mismo es consciente de lo crucial que es cumplirlo con eficacia. "Puedo marcar la diferencia, quizá ahorrándole fuerzas a un compañero para la parte final de la etapa", explica. "Después de 50 o 60 kilómetros, puede que más equipos lleguen al frente para luchar por la posición, y eso te obliga a apretar más si quieres mantener el control, aunque lo ideal sería ahorrar algo de energía".
En cuanto a la intensidad de su esfuerzo, las cifras hablan por sí solas. "Tirando en cabeza hice dos horas y media a más de 340 vatios normalizados, con una media de 305. Eso equivale a unos 5,2 vatios por kilo", recuerda sobre una de las primeras etapas del Giro 2025. "No es imposible, pero sin duda son cifras sólidas, sobre todo en un tramo tan largo. Y el recorrido no era precisamente fácil".
En estas largas jornadas liderando el pelotón, la motivación es clave para Mosca. "Él (Mads Pedersen) nos dice si quiere que aumentemos o bajemos el ritmo, en función de cómo se sienta. En esos momentos, hombres como Carlos Verona o Patrick Konrad, que ha terminado entre los diez primeros en Grandes Vueltas, muestran realmente el nivel de este equipo. O Giulio Ciccone, que hace un movimiento que solo él puede hacer", dice Mosca. "Está claro que Mads marca el ritmo. Y sinceramente, en el estado de forma en el que está, probablemente podría mantenerse entre los 30 primeros incluso en las subidas".
"La aportación del coche de equipo es fundamental. Observan todo desde atrás y nos informan: 'Vale chicos, se están quedando X corredores', o 'Todos van cómodos a rueda; no estáis dejando caer a nadie'. Esa información es importante. Y saber que estás tirando para un tipo como Mads, que está en forma y sabe cómo rematar, te da confianza", continúa Mosca.
Sin embargo, debido a su labor, Mosca no suele estar cerca para ver a Pedersen cruzar la meta. "Estaba en un gruppetto a unos 7 u 8 kilómetros de la llegada, y oí un grito de ánimo por la radio de carrera. De hecho, ya había regresado al segundo coche del equipo para preguntar. Entonces escuché el grito por la radio y el claxon del coche celebrándolo; supe entonces que habíamos ganado", recuerda sobre la tercera etapa. "Es una sensación muy especial cuando el líder del equipo tiene confianza y determinación, porque entonces sabes que tu trabajo realmente vale la pena".