El ciclismo es un deporte en constante evolución. La necesidad de los equipos de buscar las últimas novedades en tecnología y desarrollo están a la orden del día. Por eso, cuando
Yves Lampaert reflexiona sobre ello, señala cosas tan cotidianas que ya no existen a día de hoy.
Yves Lampaert ha publicado un nuevo libro, Forza Lampaert, coescrito con el periodista Wouter Deboot. La obra relata no sólo los numerosos logros del corredor de 34 años, sino también la espectacular evolución del ciclismo profesional en la última década.
Una historia que captura ese cambio involucra a su ex compañero de equipo Tom Boonen, con quien corrió para Etixx - Quick Step en 2015-2017, los últimos 3 años de Boonen como profesional.
"Hace 10 años, todavía salíamos juntos la noche antes de una carrera. Eso fue hace 10 años, y ahora es una rareza en el pelotón. En Münsterland [una de las últimas victorias de Boonen] rodábamos entonces a 42 kilómetros por hora de media. Ahora son 48. Ya no te puedes permitir ningún exceso".
La nutrición, dice Lampaert, es otro aspecto que ha cambiado por completo. Reflexionando sobre su victoria de 2014 en la Arnhem-Veenendaal Classic, recordó la poca atención que se prestaba a la dieta en sus inicios: "Ahora cada equipo viaja con su propio chef y la comida se pesa. Pero en el Topsport Vlaanderen [su equipo aquel año], aún nos limitábamos a comer el menú del hotel."
Y al día siguiente, pagó el precio. "Durante la carrera tuve problemas de estómago. Por aquel entonces, nadie hablaba realmente de nutrición, salvo que debías comer una barrita energética y un gel por hora. Cuando me desperté al día siguiente, me dolía el estómago de tanta crema. Después de una hora de carrera, volví al coche del equipo y le dije a nuestro director Hans De Clercq: 'Tengo el estómago completamente bloqueado. Hoy no puedes contar conmigo'".
Yves Lampaert, estrella de Soudal Quick-Step.
La respuesta de De Clercq fue contundente e inolvidable: "Me dijo: 'Suéltate unos cuantos pedos y todo irá mejor'". Lampaert siguió el consejo al pie de la letra, y no parece arrepentirse: "Hice lo que me dijo y me solté... De hecho, me ayudó. Gané en solitario, fue mi primera victoria profesional".
El ciclismo más limpio
En Forza Lampaert, el corredor evita hablar directamente de los escándalos de dopaje, pero insiste en que su carrera se ha desarrollado en una época definida por el control estricto y la transparencia.
"Siempre he formado parte de equipos que ganan mucho pero que aplican la tolerancia cero", explicó. "Cuando me hice profesional, el pasaporte biológico y la política de no agujas ya estaban en vigor. Estoy convencido de que estoy viviendo la época más limpia del ciclismo. Se nota en el nivel de rendimiento".
También describió cómo los resultados dependen hoy más de la forma y la condición física que de cualquier otra cosa: "Cuando tenía un buen día, podía competir por la victoria. Cuando me sentía menos bien, no podía. Es lógico. Ha habido actuaciones en las que la gente pensaba '¿cómo es posible? Pero creo -quizá ingenuamente- que se trata simplemente de un atleta fantástico en un día fantástico", concluyó.