El
Alpecin-Deceuninck ha firmado una
París-Roubaix 2024 para enmarcar. Tras el doblete logrado con
Mathieu van der Poel y
Jasper Philipsen en la edición del año pasado, el equipo ha vuelto a repetir la hazaña con los mismos corredores. Pero además,
Gianni Vermeersch, que se ha pegado casi toda la carrera trabajando para sus líderes, ha conseguido finalizar en 6ª posición.
"El año pasado nos hubiera gustado entrar entre los diez primeros con tres hombres, pero no pudo ser. Hoy el panorama está completo", reflexiona el belga, que ha conseguido un impresionante 6º puesto, a pesar de haberse pegado una paliza al servicio de sus líderes durante la jornada. "He tenido suerte de tener todavía conmigo a un fuerte Laurence Pithie, que creo que no había tenido suerte en el grupo que tenía delante. Él era el motor. En el tramo anterior a Camphin-en-Pévèle aún pude escaparme de mi grupo, así que sí. Voy a dormir bien esta noche".
"El año pasado hicimos casi la carrera perfecta. No podíamos haberlo hecho mejor, pero creo que lo hicimos igualmente", prosigue Vermeersch. "En algunos tramos, Oscar Riesebeek rodó muy rápido, con viento de costado, lo que rápidamente hizo que la carrera cayera en un pliegue decisivo. Miré hacia atrás después de un tramo y vi que aún quedaban treinta o cuarenta hombres. Grité por el auricular que teníamos que seguir cabalgando a toda velocidad. A partir de entonces no paró nunca".
Por segundo año consecutivo, el implacable ritmo del Alpecin-Deceuninck batió el récord histórico de la París-Roubaix más rápida de la historia, aunque cuando van der Poel atacó a falta de 60 km, Vermeersch supo que su trabajo principal estaba hecho.
"Todavía quedaba un largo camino hasta la pista, pero cuando hace un ataque así, sabes que es superfuerte. Y así ha demostrado ser", concluye." ¿Cómo lo vamos a celebrar? Ni idea, pero creo que con una gran fiesta".