"Ganará los dos Monumentos": El seleccionador esloveno asegura que Tadej Pogacar hará historia en San Remo y Roubaix

Ciclismo
miércoles, 15 octubre 2025 en 18:55
Tadej Pogacar
El seleccionador nacional de Eslovenia, Uroš Murn, ha expresado su firme convicción de que Tadej Pogacar logrará un hito reservado a los nombres más grandes del ciclismo: ganar los cinco Monumentos. Para Murn, el doble campeón del mundo está destinado a conquistar Milán-San Remo y París-Roubaix, las dos únicas piezas que faltan en un palmarés ya legendario, y convertirse así en el primer ciclista desde Rik Van Looy en completar el quinteto.
En declaraciones al podcast SOS-Odmev, tras el cierre de la temporada 2025, Murn explicó que su fe en Pogacar no es fruto del entusiasmo, sino de la observación paciente y prolongada de un corredor que ha redefinido los límites de su generación. “Creo sinceramente que ganará los dos Monumentos”, afirmó. “Tal vez no en el próximo intento, pero con el tiempo, lo hará”.
La predicción de Murn puede parecer atrevida, pero se apoya en los hechos. Pogacar ha alcanzado un nivel de éxito monumental sin precedentes en la era moderna: tres victorias en Lieja-Bastoña-Lieja (2021, 2024 y 2025), cinco triunfos consecutivos en Il Lombardia (2021-2025) y dos títulos en el Tour de Flandes (2023 y 2025).
En 2025, además, rozó la gloria en las dos pruebas que aún se le resisten: segundo en París-Roubaix, tras un vibrante duelo con Mathieu van der Poel, y tercero por segundo año consecutivo en San Remo.
Murn sostiene que Roubaix, la más caótica y brutal de todas, es sólo cuestión de tiempo. “Ya fue segundo en Roubaix, una carrera donde la fuerza bruta decide el resultado, y le sobra”, señala. “Esa potencia se traduce bien en los adoquines. Puede que no lo consiga la próxima vez, porque aún tiene que recorrerla unas cuantas veces más, pero lo logrará. El único obstáculo real es la suerte: una avería mecánica y se acabó”.
Roubaix, con su imprevisibilidad, castiga tanto la ambición como la fortuna. Sin embargo, Murn considera que la capacidad física y la lectura de carrera de Pogacar son cualidades suficientes para revertir esa balanza.
Aunque reconoce que Roubaix representa el desafío más extremo, Murn cree que Milán-San Remo podría ser la próxima conquista de Pogacar. Pero, según él, el éxito en la Classicissima no dependerá solo de las piernas, sino de la precisión táctica del UAE Team Emirates.
“Creo que primero ganará San Remo”, afirmó el seleccionador. “Allí, el UAE tiene que endurecer la carrera en las primeras subidas —Melo, Cervo y Berta— para que los corredores más pesados lleguen a Cipressa y Poggio ya fatigados. No pueden permitir que los demás se recuperen, ni siquiera en llano. Si todo el equipo se concentra en los últimos 80 kilómetros y hace la carrera selectiva, creo que es posible”.
San Remo es una carrera que suele decidirse en los últimos diez minutos, pero que se moldea durante las seis horas previas. Los datos parecen respaldar su teoría: la progresión de Pogacar en la Classicissima ha sido constante, pasando del 12º puesto en 2020, al 5º en 2022, 4º en 2023, y 3º tanto en 2024 como en 2025. Todo indica que el salto final está al caer.
Mathieu van der Poel se impuso en la Milán-San Remo 2025 por delante de Filippo Ganna y Tadej Pogacar
Mathieu van der Poel se impuso en la Milán-San Remo 2025 por delante de Filippo Ganna y Tadej Pogacar

Las carreras imposibles de controlar

A diferencia de Flandes, donde Pogacar ha aprendido a dominar la carrera con ataques quirúrgicos en el Oude Kwaremont y el Paterberg, o de Lombardía, donde su control ha sido casi absoluto, San Remo y Roubaix son carreras que desafían la lógica. En ambas, incluso los planes mejor diseñados pueden venirse abajo por una caída, un pinchazo o un instante de duda.
Aun así, Murn insiste en que la mentalidad de Pogacar es lo que lo separa del resto. “Cuando algo no le sale bien, se motiva aún más. Eso es lo que le impulsa. Tadej es ese tipo de corredor”. Esa resiliencia emocional, según el seleccionador, explica por qué el esloveno se ha mantenido en la cima durante tanto tiempo pese a la presión constante.
Para Murn, la clave del éxito de Pogacar no es solo su potencia, sino su capacidad para pensar en movimiento. “Es un ciclista muy inteligente”, afirma. “Hablamos durante el recorrido, pero, en última instancia, él sabe exactamente dónde puede marcar la diferencia. El resto del equipo se adapta a su alrededor”.
Esa visión se reflejó, por ejemplo, en el reciente Mundial de Ruanda, donde Pogacar lanzó un ataque medido en el Monte Kigali, a 104 kilómetros de meta, y lo mantuvo hasta el final para defender su maillot arcoíris. “Sabe que una vez que consigue un hueco, puede mantenerlo”, explica Murn. “Remco Evenepoel, por ejemplo, es mejor contrarrelojista y muy fuerte en llano, pero en las subidas no puede seguir a Tadej. Y Tadej lo sabe. Nunca va por encima de su límite. Pero el que le persigue tiene que hacerlo”.
Esa gestión del esfuerzo, junto a una lectura psicológica precisa de sus rivales, define la evolución de Pogacar: de joven explosivo a campeón total, con una madurez que complementa su talento natural.
Con apenas 27 años, Pogacar tiene el tiempo y la ambición de su lado. Solo Rik Van Looy, Eddy Merckx y Roger De Vlaeminck han ganado los cinco Monumentos. El esloveno ya cuenta con tres, además de cuatro Tours de Francia, dos Campeonatos del Mundo, una corona europea y una victoria en el Giro de Italia.
Pero si algo ha dejado claro Murn es que el hambre de Pogacar está lejos de apagarse. “No ha terminado”, concluye. “Ni de lejos”.
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