Parece que el
Tour de Francia está perdiendo interés en el Reino Unido. Después de que hayan pasado los años de gloria de Bradley Wiggins, Chris Froome o incluso Geraint Thomas, no parece haber ningún británico con posibilidades para conqusitar el maillot amarillo. Por lo tanto, ITV ha decidido que dejará de emitirlo y solamente se podrá ver a través de Discovery+.
Este ha sido un tema muy discutido desde el anuncio, con temores por el futuro del deporte en Gran Bretaña, dada la falta de cobertura gratuita que actúa como puerta de entrada para que los aficionados ocasionales se interesen más seriamente por el ciclismo, pero también para los niños que ven el Tour de Francia por televisión y sueñan con convertirse en los próximos
Tadej Pogacar,
Jonas Vingegaard o
Remco Evenepoel.
"En los 23 años que llevo participando, primero como reportero y en los últimos nueve como comentarista, he visto crecer la audiencia y luego retroceder", dice el veterano reportero del Tour de Francia para ITV, Ned Boulting en una columna para
Bike Radar. "El pico de audiencia, no hace falta decirlo, fue en 2012. Pero desde entonces, ha ido disminuyendo lentamente la mayoría de los años; retrocediendo a un número considerable (ciertamente mayor que cuando empecé en 2003), pero ya no lo suficientemente grande como para merecer su inclusión rentable en los horarios."
Por ello, en ITV Sport no se percibía el ímpetu necesario para competir con las grandes ofertas por la cobertura del Tour de Francia. "Obviamente, ITV necesita generar suficientes ingresos publicitarios para financiar la producción de los programas, así como para pagar los derechos de emisión, cada vez más elevados por la creciente presión de los servicios de suscripción. Era sólo cuestión de tiempo que se alcanzara el punto de inflexión", explica Boulting. "No se puede culpar a ninguna de las partes en esta negociación. ASO tiene derecho a vender al mejor postor e ITV no es una organización benéfica, ni recibe el canon, lo que a veces puede justificar una mayor responsabilidad pública ante el espectador. El resultado final es que no lo vio suficiente gente. Así de sencillo".
"El mercado de la televisión en abierto es considerablemente mayor que la audiencia que pueden captar los servicios de suscripción. La diferencia entre acceder a la carrera en un canal de televisión en abierto como ITV4 y añadir otra suscripción a nuestras vidas, ya de por sí repletas de abonados, es significativa", prosigue el comentarista. Se ha argumentado que la base de abonados de Eurosport ha sido, al menos en cierta medida, construida por las plataformas (la BBC incluida) que han promovido el deporte a un público mucho más amplio en primer lugar". No hay forma de saberlo, y sigue siendo sólo una sugerencia; aunque una teoría bastante lógica. Es difícil saber cuántos telespectadores de ITV privados de sus derechos se abonarán ahora para seguir el Tour en el futuro. Sospecho que serán muchos, pero no tengo ni idea de cuántos".
"En cualquier caso, comprendo lo insatisfactorio que debe haber sido para Eurosport, que hace un trabajo tan extraordinario mostrando la gran cantidad de carreras durante todo el año, tener que compartir los derechos del Tour de Francia. El Tour eclipsa absolutamente todo lo demás. Se impone en el calendario y para la gran mayoría del público ciclista es literalmente la única carrera del año que ven", concluye. "Pero, al final, la amarga verdad en el fondo de este triste giro de los acontecimientos es la siguiente: no nos importaba lo suficiente. La verdad es que no".