Cuando
Domen Novak afirma que correr junto a
Tadej Pogacar es “una situación de ensueño”, sus palabras no son una frase hecha ni una exageración. A sus 30 años, el ciclista esloveno ha asumido con naturalidad y compromiso el rol de fiel escudero, tanto en las filas del
UAE Team Emirates XRG como en la propia selección nacional de Eslovenia.
Y en el
Mundial de Ruta de la UCI en Ruanda, volverá a dedicarse plenamente a proteger al que es considerado el ciclista más versátil, completo y devastador del pelotón internacional. “Es especial correr en los Mundiales, porque con la selección nacional siempre es un poco diferente”, explicó Novak en una entrevista con
Cycling News.
“En el UAE todos nos conocemos muy bien, mientras que en el equipo nacional te encuentras con corredores a los que no conoces tanto. Pero para mí, estar en carrera junto a Tadej siempre es un sueño. A veces sientes más presión, es verdad, pero también sientes un enorme orgullo”.
Novak recordó con una sonrisa lo ocurrido hace doce meses en Zúrich, cuando su tarea se simplificó tras el ataque lejano y demoledor de Pogacar, que arrancó a falta de 100 kilómetros de meta y desarmó por completo la carrera. “El año pasado fue así”, comentó entre risas. “Este año veremos cómo se desarrolla la prueba. Yo pienso que el recorrido es bastante bueno para él, así que haremos todo lo que esté en nuestras manos para volver a ganar”.
El reto, sin embargo, será de una magnitud distinta. Defender el maillot arcoíris en Ruanda significa enfrentarse a un trazado brutal, con repetidas subidas en altitud que seguramente acabarán destrozando al pelotón.
“Es difícil decir si este recorrido será más duro. Al final, son los corredores quienes hacen que una carrera se vuelva realmente exigente. Lo que sí está claro es que hay mucha subida, casi como en una clásica. Y después de 200 kilómetros, no son muchos los que conservan piernas para aguantar”, reflexionó.
Novak llegó a esta cita mundialista tras completar una exigente Vuelta a España, que le dejó un evidente desgaste físico. Reconoció que su condición actual no está al nivel que alcanzó en 2024, pero lejos de preocuparse, se mostró decidido: “Daré un paso adelante en los Mundiales. Correr en África será una experiencia especial, pero lo es todavía más poder hacerlo en favor de Tadej en un evento de esta magnitud. Mi objetivo es dar absolutamente todo por él, y eso es lo único que importa”.
Domen Novak es uno de los fieles gregarios de Tadej Pogacar, también en el UAE
En Kigali, Novak se alineará junto a un bloque esloveno de enorme nivel, integrado por Primoz Roglic, Matej Mohoric, Luka Mezgec, Gal Glivar, Matevz Govekar, Jaka Primozic y Matic Zumer. Sin embargo, la escuadra resentirá la ausencia de Jan Tratnik, quien tradicionalmente ejercía como capitán de ruta y pieza clave en la estructura de apoyo.
“Hemos perdido mucho sin Jan, porque es un corredor muy fuerte y ahora arrastra problemas con las lesiones”, lamentó Novak. “Tal vez yo tenga que ocupar su lugar, pero en cualquier caso, todos daremos el máximo para intentar conseguir la victoria”.
La incógnita Roglic y la estrategia eslovena
La presencia de Primoz Roglic añade todavía más interés al papel de Eslovenia en estos Mundiales. Hasta ahora, el seleccionador nacional Uroš Murn ha preferido mantener en secreto la estrategia, consciente de que dirigir a dos de los ciclistas más formidables del planeta bajo un mismo maillot nacional supone tanto una oportunidad como un desafío. “Tenemos la suerte de contar con ambos”, afirmó Murn a comienzos de mes. “No es un problema; es un lujo”.
Novak, por su parte, se muestra abierto y dispuesto a asumir cualquier papel que se le asigne. “No sé específicamente cuál será mi trabajo, pero creo que empezaré a tirar después de los primeros 150 kilómetros. Intentaré endurecer la carrera y seleccionar el grupo, y después veremos cómo evoluciona”, explicó con pragmatismo.
Lo que sí comparten todos los integrantes del bloque esloveno es una plena convicción en el estado de forma de Pogacar. Tras conquistar un nuevo Tour de Francia y afinarse en Canadá, el esloveno llega a Ruanda en plenitud. “Ya conocéis a Tadej, puede ganar prácticamente cualquier día. Creo que llegará en su mejor forma”, insistió Novak. “Tenemos un equipo fuerte, y nuestra misión será llevarlo al mejor lugar posible para que pueda disputar la victoria”.
Primoz Roglic será una pieza fundamental del equipo esloveno en el Mundial de Ruanda
Novak ha comprobado de primera mano cómo Pogacar responde cuando tiene sus objetivos definidos. “Cuando Tadej decide estar listo, lo está. Sólo necesita unos días de competición para afinar ese ritmo y poner el motor a punto, y a partir de ahí ya veremos”, aseguró.
Por encima de todo, Novak siente orgullo de formar parte de esta generación dorada del ciclismo esloveno, que ya ha marcado una época. El año pasado, mientras Pogacar era celebrado como héroe nacional, Novak volvió con naturalidad a su día a día en Croacia. “Para mí era algo normal, pero con Tadej es muy distinto”, confesó.
Y concluyó reafirmando su pensamiento inicial: “Correr junto a Tadej es siempre una situación de ensueño”.