El ciclista australiano
Luke Plapp se dispone a tomar la salida en la contrarreloj del
Mundial, que se disputará este domingo en Kigali, con la etiqueta de outsider. No parte entre los grandes favoritos, pero el corredor oceánico llega con la determinación de dar lo mejor de sí mismo en un recorrido considerado como uno de los más exigentes jamás diseñados para una cita mundialista.
En esta edición, toda la atención se centra en
Remco Evenepoel, que busca conseguir su tercer maillot arco iris consecutivo, y en
Tadej Pogacar, señalado por muchos como el gran rival a batir debido a la naturaleza montañosa del recorrido.
La prueba constará de 40,6 kilómetros en altitud, con un perfil ondulante que incluye una acumulación de casi 700 metros de desnivel positivo. Un desafío que, a ojos de Plapp, convierte sus aspiraciones de subir al podio en un reto de enorme envergadura.
“Es un recorrido muy difícil, va a ser una carrera muy dura”, confesó el australiano a Cycling Pro tras reconocer las carreteras de Kigali. “Es un poco mejor para los escaladores; Remco y Pogi se estarán relamiendo en esta etapa. Hay muchas subidas, mucho tiempo parado en los pedales, y los descensos son tan rápidos que el tiempo de recuperación es muy corto”.
La descripción de Plapp se ajusta al milímetro a lo que depara el circuito. La jornada arrancará con la Côte de Nyanza, una subida de 2,5 kilómetros al 6%, que más adelante los corredores volverán a afrontar desde el lado contrario, en una ascensión más tendida pero igualmente exigente.
El trazado prosigue con la Côte de Péage, de dos kilómetros al 6%, antes de encarar uno de los puntos más emblemáticos de la contrarreloj: la Côte de Kimihurura, con 1,3 kilómetros al 6%, que desemboca directamente en la subida final hacia el Centro de Convenciones de Kigali.
Un recorrido con estas características premia a los ciclistas que saben escalar con solvencia y mantener un ritmo constante, más que a los contrarrelojistas puros cuya fuerza se despliega mejor en carreteras largas y completamente llanas.
Luke Plapp llega al Mundial de contrarreloj como un candidato a las medallas
Preparación y camino hacia Ruanda
Plapp no ha dejado nada al azar en su preparación. Ha compartido entrenamientos y preparación con su compatriota Jay Vine, que recientemente dejó claro su estado de forma con una contrarreloj deslumbrante en la Vuelta a España, donde sólo fue batido por Filippo Ganna.
El australiano, en cambio, ha tenido un perfil más discreto en las últimas semanas. Su última competición fue en la Clásica de San Sebastián, donde firmó una sólida séptima posición, pero desde entonces no ha vuelto a ponerse un dorsal.
“San Sebastián fue hace tiempo, así que estoy intentando que mi cuerpo vuelva a moverse y recuperar la mentalidad para competir. Estoy impaciente, con muchas ganas”, explicó, mostrando tanto precaución como ambición de cara a Kigali.
Aunque reconoce la magnitud del reto, Plapp no oculta sus ganas de probarse en el escenario más grande del mundo ciclista. Sabe que los focos estarán puestos sobre Pogacar y Evenepoel, con Jay Vine también como candidato a sorprender, pero su objetivo es medirse y comprobar su nivel real.
“Sólo quiero hacer mi mejor carrera hoy y ver lo que me depara. Pogi y Remco, e incluso Jay, están claramente en lo más alto. Van a luchar por ello. Si doy lo mejor de mí, tengo curiosidad por ver lo que vale”, concluyó con una mezcla de humildad y ambición.