El dominio absoluto ejercido por
Tadej Pogacar en 2024 ha reavivado viejos interrogantes del mundo del ciclismo.
Por momentos la superioridad del esloveno ha sido tan marcada que un grupo de especialistas de la
Unidad de Investigación de Radio France no descartan que pueda tratarse de un fenómeno llamado sobremedicación, según informó
Cyclism'Actu.
La investigación profundiza en el problema de la sobremedicalización en el ciclismo, destacando el papel de Mauro Gianetti, el controvertido director del UAE Team Emirates de
Pogacar.
Gianetti, un ex corredor, es un ejemplo de este problema. En 1998, estuvo a punto de morir tras inyectarse perfluorocarbono (PFC), una sustancia que supuestamente mejora el transporte de oxígeno en la sangre. Aunque Gianetti ha negado la inyección, su antiguo compañero de equipo, Éric Boyer, tiene sus dudas. Boyer cree que la presencia de figuras con pasados dudosos como Gianetti o Alexander Vinokourov es irresponsable para el futuro del deporte.
La investigación también pone de relieve la disponibilidad de diversas drogas en el pelotón. Los ciclistas tienen acceso a sustancias como Voltaren, cafeína o paracetamol, a menudo en forma de cócteles. Un testigo anónimo describe la "caja mágica", una caja que contiene diversos medicamentos y que se distribuye libremente antes de las carreras. El concepto de "bomba", mezcla de estos productos autorizados, recuerda a los cócteles de anfetaminas, muy extendidos antaño.
Las cetonas, recientemente popularizadas, son también un ejemplo de esta "zona gris" en la que se mueve el ciclismo. Vendidas como complementos alimenticios, mejoran la recuperación y aumentan el nivel de glóbulos rojos. Aunque la UCI y la MPCC desaconsejan su uso, se toleran en algunos equipos, con control médico. Un ciclista afirma que algunos directivos prefieren supervisar la toma de cetonas en lugar de prohibir su uso, que, según él, se asemeja a una forma de dopaje.
El uso de equipos médicos sofisticados, como los rebreathers de monóxido de carbono, también es problemático. Originalmente diseñados para pacientes en diálisis, estos aparatos se utilizan ahora en el ciclismo para simular la altitud, estimulando así la producción de EPO.
Este "dopaje legal" preocupa a expertos como el hematólogo Gérard Dine, que señala que estas técnicas secuestran los avances médicos. Según él, estas prácticas permiten a los ciclistas eludir los controles antidopaje sin infringir directamente las normas, aprovechando las lagunas tecnológicas y reglamentarias.
Los expertos piden una reforma para poner fin a esta "carrera armamentística" médica, sobre todo en los equipos y entre los jóvenes ciclistas. Jean-Pierre Verdy, ex director de la Agencia Francesa Antidopaje, considera que este uso masivo de medicamentos es una forma de dopaje, aunque legal.