Mathieu van der Poel sigue escribiendo su nombre con letras doradas en la historia del ciclismo. Este mes, el neerlandés conquistó por tercer año consecutivo la París-Roubaix, reafirmando una temporada 2025 ya de por sí impresionante, en la que también ha vencido a Tadej Pogacar en la Milán-San Remo y ha sido tercero en el Tour de Flandes, precisamente ganado por el esloveno.
La creciente rivalidad entre Van der Poel y Pogacar está marcando una era. Pero más allá de los duelos individuales, el gran interrogante que empieza a tomar forma es: ¿quién logrará completar primero el codiciado Grand Slam de los Monumentos?
Hasta ahora, sólo tres leyendas lo han conseguido: Rik Van Looy, Eddy Merckx y Roger De Vlaeminck. Van der Poel ya suma títulos en Milán-San Remo, Flandes y Roubaix. Pogacar, por su parte, ha ganado varias veces en
Lieja-Bastoña-Lieja,
Il Lombardia y Flandes.
No le falta experiencia cercana a Mathieu: su padre,
Adrie van der Poel, fue ganador de la Lieja en 1988, además de otras clásicas. En entrevista con
Bici.Pro, Adrie compartió su emoción por el triunfo más reciente de su hijo: “La última Roubaix fue realmente especial. Una carrera muy emotiva. Era el cierre de otro capítulo entre dos grandes campeones y ese desenlace me llenó de orgullo”.
A pesar de sus 30 años, Adrie cree que su hijo aún tiene margen de mejora: “Está acostumbrado a trabajar duro. Si quiere seguir ganando, necesita ajustar su preparación. Aún puede mejorar un poco, y eso marcará la diferencia en este nivel tan competitivo”.
Sobre la posibilidad de que Mathieu gane Lieja, Adrie ve opciones, aunque matiza: “Podría ganarla, tiene el nivel. Pero el recorrido cada vez se vuelve más duro y eso limita el número de corredores con opciones. En mi época había 50 candidatos; ahora, apenas unos pocos”.
En cuanto a Il Lombardia, carrera que Van der Poel solo ha disputado una vez (fue décimo en 2020), su padre es claro: con la preparación adecuada, es posible. Considera que una participación en la Vuelta a España y algunas carreras con desnivel podrían ser claves.
Además, 2025 también trae un nuevo reto para Van der Poel: el Campeonato del Mundo de bicicleta de montaña, donde buscará el maillot arcoíris que aún le falta. Con un pasado exitoso en la disciplina, Adrie cree que puede lograrlo: “Es un objetivo más, un extra en su temporada. Sabe lo que necesita para competir. Ya ha demostrado que puede cambiar de bicicleta y rendir a gran nivel”.
Sobre el enfoque mental de su hijo, también destaca su madurez: “No se pone nervioso. Tiene claro su plan y sabe que está bien preparado. El ciclocross le da una base excelente cada invierno”.
Finalmente, cuando se le pregunta quién está más cerca del Grand Slam, Adrie no duda en señalar a Pogacar: “Creo que es un poco más fácil para Tadej. Sin Mathieu, probablemente habría ganado San Remo y Roubaix este año. Está muy cerca de completar el pleno. Pero Mathieu también tiene todas las herramientas, solo necesita un gran día... y un poco de suerte”.