El ciclismo colombiano volverá a vivir un momento singular el próximo 1 de marzo, cuando las carreteras de Cundinamarca alojen, por primera vez, el gran fondo del
Giro de Italia ‘Ride Like a Pro’. No se trata de una prueba profesional, sino de un evento diseñado para aficionados que quieran sentir de cerca la estética, la dureza y la tradición de la gran carrera italiana. A partir de las ocho de la mañana, miles de ciclistas se lanzarán a unos recorridos que evocan el espíritu montañoso del Giro, pero adaptados al terreno colombiano.
La organización prevé más de 5.000 participantes, una cifra considerable para una primera edición en el país. Angelo Gobbo, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Italiana para Colombia, subraya que la intención es mantener el carácter festivo que siempre acompaña al Giro: “No queremos solo una competición; buscamos un ambiente familiar, un espacio en el que el deporte conviva con la cultura, el arte y la celebración”.
El evento contará con cinco categorías masculinas y cuatro femeninas, pensadas para que corredores de distintos niveles y edades puedan encontrar su lugar. Aunque el ambiente será distendido, el recorrido exigirá respeto. La prueba dispondrá de dos distancias, una de 132 kilómetros y otra de 84 kilómetros, ambas con más de mil metros de desnivel acumulado. Subidas constantes, carreteras sinuosas y vistas espectaculares compondrán el escenario de una jornada que promete dejar huella.
Gobbo detalla que los paisajes fueron determinantes para que la organización italiana se decantara por Colombia. La comitiva de
RCS Sport —empresa responsable del Giro— reconoció la zona y quedó sorprendida por la similitud con algunos de los pasos alpinos: montañas imponentes, embalses enclavados en altura y un clima que recuerda al de la primavera europea. “
Cundinamarca es un territorio ideal. A muchos nos evoca los Alpes italianos y, en cierto modo, nos gusta pensar que este evento es un pequeño puente entre ambos mundos”, explica.
Colombia, una elección obvia para el Giro
La elección de Colombia no fue casual: varias candidaturas internacionales quedaron en el camino, pero el trabajo conjunto con autoridades y aliados locales permitió que la idea tomara forma. Con esta edición, el país suma otro evento de talla internacional y confirma, una vez más, el magnetismo que ejerce sobre el ciclismo mundial, tanto en su vertiente profesional como en la aficionada.
Egan Bernal, ganador colombiano del Giro de Italia.
El 1 de marzo no será un día más en el calendario deportivo colombiano: será la primera vez que el “espíritu rosa” del Giro se viva a ritmo de pedal en plena cordillera. Una mezcla de tradición italiana y pasión latinoamericana que promete convertirse en una cita de referencia para los amantes del gran fondo. No extraña que un país con ciclistas en activo de la talla de
Nairo Quintana o Egan Bernal albergue este tipo de eventos.