Mads Pedersen rodó muy fuerte en la primera jornada de la París-Niza, pero no pudo hacerse con la victoria. Fue una mezcla de respuesta a un ataque temprano de Remco Evenepoel y un sprint lanzado demasiado pronto, que hizo que el danés perdiera por poco el primer maillot amarillo de la carrera.
"La etapa no ha salido como habíamos planeado. Pensábamos que sería un verdadero sprint en pelotón. Al final todavía quedaban cincuenta o sesenta en el pelotón, pero creo que unos veinte de ellos sólo volvieron en los últimos kilómetros", dijo Pedersen en una entrevista posterior a la carrera. "Cuando los corredores de la clasificación empezaron con un sprint bonificado quince kilómetros antes de la meta, la carrera se desató y era importante mantenerse en cabeza. Para mí fue bueno que Skjelly y Jasper (Mattias Skjelmose y Jasper Stuyven, ed.) siguieran en el grupo, así no tuvimos que luchar para volver."
Las subidas del día obligaron a algunos velocistas a soltarse del pelotón, una ventaja para el líder del Lidl-Trek. Pero la amenaza de un ataque de cara a la meta también significó que Pedersen quemara partidos importantes: "No quiero decir que tuviera el control cuando Remco atacó: fue bastante rápido y tuve que ir a fondo. Pero era uno de los pocos velocistas que seguían en cabeza y no tuve que luchar para volver. Fue una buena sensación. Como siempre, los chicos hicieron un gran trabajo"
A continuación se produjo un sprint con Jasper Stuyven en cabeza del pelotón, pero Pedersen tuvo que iniciar su sprint bastante pronto, y Olav Kooij en la recta final consiguió aprovecharse de ello. "Al final me ganó alguien que era más rápido. Así son las cosas. En un escenario ideal, podría haber empezado mi sprint cincuenta o cien metros más tarde y creo que habría ganado", admite. "Pero la forma sigue siendo buena. Y los últimos quince kilómetros fueron una carrera dura, así que eso es bueno".