Cyrille Guimard ha sido el último en dar su opinión sobre la polémica 'chicane' añadida al recorrido de la París-Roubaix 2024, justo a la entrada de la Trouée d'Arenberg, uno de los sectores adoquinados más míticos de la carrera. El columnista de Cyclism'Actu cree que la CPA, presidida por
Adam Hansen, fue demasiado apresurada a la hora de tomar una decisión. También se vio sorprendido por la reacción de algunos corredores, especialmente
Mathieu van der Poel, que calificó de "broma" el cambio.
"En primer lugar, debo decir que es vergonzoso hacer algo con prisas. En principio, pensar en poner medios para evitar caídas importantes me parece totalmente legítimo, pero aquí podemos hablar - de algo que va a ser más peligroso que la entrada normal en los adoquines. Y lo que más me molesta personalmente es que no se haya avisado y consultado a los corredores, al igual que a los equipos. No les pedimos su opinión", empieza diciendo.
"Es un absoluto disparate, es algo grave no consultar a las personas que son los principales interesados. La forma en que se ha creado es antidemocrática y deshonesta porque no se respeta a todas las familias del ciclismo. Empezamos con una reflexión de cuatro o cinco ciclistas. No podemos tener en cuenta sólo a un puñado de corredores, y menos en un problema tan grave como la seguridad".
Por último, Guimard habló de la razón que, según él, explica en gran medida este aumento de las caídas. "Estoy cansado de ver muchos pilotos treintañeros en la carretera, me acaba dando asco. Y el mayor peligro para los motoristas son los auriculares y los GPS. Si queremos protegerlos, no les impongamos herramientas que les hagan perder la vigilancia y la capacidad de reacción. Sabemos que cuando alguien te habla al oído, tienes una pérdida total de atención", concluye.