Para muchos, el Alto de l'
Angliru está considerado como la ascensión más dura del ciclismo profesional. Junto con el Monte Zoncolan, son las dos subidas más habituales en el calendario de alto nivel que presentan pendientes tan extraordinariamente exigentes, tanto en promedio como en sus rampas máximas. Así afrontaron los mejores escaladores de la
Vuelta a España este desafío.
La ascensión tiene 12,4 kilómetros al 9,8% de pendiente media, en una carretera de un solo carril que serpentea por un escarpado acantilado y conduce a una zona salvaje en el corazón de Asturias. Los últimos 6 kilómetros presentan una media del 15%. Conviene señalar que el promedio total incluye un breve descenso y un pequeño tramo llano en los primeros kilómetros. Es una subida que también suele figurar en la Vuelta, considerada la reina de los llamados “caminos de cabras”: carreteras estrechas y extremadamente empinadas que los organizadores utilizan para finales espectaculares.
Por la dureza extrema de la ascensión, en la que ni siquiera los desarrollos más cortos permiten a los grandes escaladores evitar el sufrimiento, los aficionados disfrutaron viendo a los corredores pasar casi en solitario y a velocidades muy reducidas. El espectáculo ofreció imágenes impactantes: junto a la pasión del público, los ciclistas mostraban en sus rostros todo el dolor del esfuerzo.
Hemos reunido una galería con los protagonistas de la Vuelta y cómo afrontaron la subida: el ganador de la etapa
João Almeida, el líder de la carrera
Jonas Vingegaard, y todos los aspirantes al podio, entre ellos Tom Pidcock, Jai Hindley y Felix Gall, entre muchos otros. La escalada fue lanzada a todo ritmo por el UAE Team Emirates - XRG, que con el trabajo de Jay Vine y Felix Grossschartner preparó el terreno para que Almeida conquistara una victoria de etapa que da nueva vida a la lucha por la general. Sin embargo, ni siquiera los mejores del mundo pudieron disimular sus dificultades en las rampas del 23% de La Cueña les Cabres.