Annemiek van Vleuten se sentó el lunes a la mesa de Humberto para repasar su carrera. Su título mundial en Wollongong se tomó como un acontecimiento característico de su carrera ciclista.
Durante el Mundial que ganó en Australia, Van Vleuten compitió con el codo roto. Tres días antes de la carrera en carretera, la ciclista neerlandesa había sufrido una caída durante el relevo mixto. "¿Cómo lo afronté? Bueno, vas al hospital, donde te dicen que no necesitas operarte. Entonces piensas: bueno, quizá se solucione. No debes centrarte en lo que ha pasado, mira siempre lo que es posible".
"El seleccionador nacional ha sido de gran ayuda. A menudo ha visto conmigo lo que es posible. Decidí no sorber, aunque mi sueño se había hecho añicos. Era mi última oportunidad de conseguir el título mundial. Pensé: quizá aún pueda ayudar a Marianne, entonces volveré a casa desde el avión con una sensación mejor".
Al final, Van Vleuten ganaría la carrera con un ataque al final. Y su sueño se hizo realidad. "Ese título es algo característico de mi carrera. A menudo he tenido contratiempos que he tenido que superar, a menudo en naranja. Aquí se juntó todo en tres días".
Van Vleuten aún no sabe lo que hará en un futuro próximo. Lo que echará de menos y ya echa de menos es sacar lo mejor de sí misma. "Anuncié mi retirada cuando ya no vi ningún aspecto que mejorar. Mis listas se hacían cada vez más pequeñas. Prepararme para los grandes objetivos es lo que más echaré de menos. Cuando me despedí, ya me dolió un poco", termina.