La temporada en carretera es historia, y 2025 ha sido un año con muchísimas historias. Una de las más destacadas, sin duda alguna, fue la victoria de
Simon Yates en el
Giro de Italia. El británico ganó la clasificación general como "tapado", y en el Colle delle Finestre, la subida que le quitó un triunfo 8 años atrás. Por ello, se puede decir que su fichaje por
Visma - Lease a Bike ha sido todo un éxito.
El Jayco-AlUla tuvo a Simon Yates en sus filas desde el principio de su carrera en 2014 hasta 2024. Fue una década de éxitos en la que el corredor de Bury ganó la Vuelta a España, etapas en todas las Grandes Vueltas y casi tres docenas de triunfos, incluidos muchos World Tour.
Sin embargo, a la edad de 32 años, había grandes dudas sobre cómo le iría en un nuevo entorno, ya que firmó con el equipo Visma | Lease a Bike. El veredicto es...
Un acierto total. Uno de los traspasos más exitosos del año para ambas partes, sin lugar a dudas.
Simon y su hermano gemelo Adam empezaron su carrera en el Jayco-AlUla (entonces llamado Orica GreenEdge, el equipo más conocido por haber
estrellado su autobús contra una puerta de meta del Tour de Francia meses antes de convertirse en profesionales.
El mismo autobús acogería a dos corredores británicos con un extraordinario talento para la escalada, ambos habiendo mostrado unas características tremendas en sus años sub-23 y saltando al más alto nivel de este deporte ya con una gran reputación.
Simon, por ejemplo, había ganado dos etapas en el Tour del Porvenir y una en el Tour de Gran Bretaña, donde también terminó tercero.
En 2016 irrumpió como aspirante a las Grandes Vueltas, con un sexto puesto en la Vuelta a España, mientras que Adam había estado actuando en el Tour meses antes. En 2017, Yates progresaría de forma natural hacia el Tour, donde terminó séptimo, además de ganar carreras a lo largo de los años en su terreno favorito.
Simon Yates ganó el Giro de Italia 2025 con Visma - Lease a Bike
Pero en 2018 muchas cosas cambiaron, ya que pasó a correr el Giro de Italia con victorias de etapa en París-Niza y la Volta a Catalunya ya, y pasó a dominar la mayor parte del Giro, ganando tres etapas -todas ellas con la maglia rosa- y luego perdiéndola en la infame etapa 19 a Jafferau, donde se agrietó por completo en el Colle delle Finestre, perdiendo su primer puesto y reemplazándolo con un 18º al final de la penúltima etapa de montaña.
Una de las caídas más dramáticas del ciclismo moderno, que en cierto modo le convirtió en una figura más entrañable y cercana.
Aunque se recuperaría, ganando La Vuelta más tarde ese mismo año, dos etapas y el maillot de la montaña al año siguiente en el Tour de Francia, nunca alcanzaría las cotas que parecía prometer allá por 2018. Los verdaderos aficionados a este deporte recordarán la
entrevista previa al Giro en la que dijo a sus rivales: "Tendría miedo, me cagaría encima".
A lo largo de los años siguientes llegaron las victorias de la general en Tireeno Adriático, Tour de los Alpes, Vuelta a Castilla y León, AlUla Tour; victorias de etapa en el Giro y algunas otras carreras, un podio en el Giro de 2021 -su mejor resultado hasta la fecha allí- y un cuarto puesto en el Tour de Francia de 2023, el mejor de su carrera, donde parecía haber mostrado su mejor nivel escalador de siempre.
Pero a finales de 2024 Yates quería un nuevo reto y mejorar su nivel, lo que sería una ardua tarea a sus 32 años. Su mejor apuesta era pasarse a uno de los mejores equipos absolutos del pelotón, y el Visma - Lease a Bike fue el que aprovechó la oportunidad.
De menos a más en Visma
Yates formaba parte ahora del equipo holandés, un entorno totalmente diferente pero que acabaría beneficiándole. Sin embargo, a principios de año había serias dudas de que así fuera, ya que sólo empezó la temporada en Tirreno Adriático, donde terminó en 14ª posición, seguida de un 9º en la Volta a Catalunya. Nada mal, pero nada comparado con lo que podía llegar a hacer.
En retrospectiva, reveló que había sido atropellado por un coche en febrero mientras se entrenaba en altitud en Tenerife, mientras que también tuvo que hacer frente a una enfermedad antes de comenzar su temporada a mediados de marzo.
Su verdadero nivel lo alcanzó en mayo, pero quizá esta falta de resultados era lo que necesitaba. Comenzó el Giro como un mero outsider y mientras todo el mundo se centraba en la rivalidad entre Juan Ayuso y Primoz Roglic (ambos abandonaron la carrera), el ascenso de Isaac del Toro y las especulaciones sobre hasta dónde podría llegar, y la capacidad escaladora de Richard Carapaz...
Yates estaba al acecho, realizando una carrera perfecta en la que evitó las numerosas caídas que cambiaron la carrera, se mantuvo sano y también realizó contrarrelojes decentes que le mantuvieron cerca de los favoritos. Era cuarto antes de la etapa 14 en Nova Gorica, donde las caídas bajo la lluvia le llevaron al segundo puesto de la clasificación general.
Richard Carapaz parecía seguir siendo la mayor amenaza para Isaac del Toro tras la llegada a la cima de San Valentino, pero Yates se mantuvo segundo hasta la etapa 17 en Bormio. En la etapa 19, él y Visma planearon atacar la carrera en la etapa del Valle de Aosta, pero no consiguieron causar impacto.
En la 20ª etapa todo cambió, ya que Carapaz y Del Toro cargaron como nadie en el primer kilómetro del Finèstre, y luego entraron en una batalla táctica en la cima de la montaña ultramítica. Yates, en su mejor día, se acercó al dúo y, entre la avalancha de ataques, consiguió abrir hueco.
Carapaz, frustrado por la falta de cooperación de Del Toro, no lo cerró, y luego no tuvo piernas para alcanzar a Yates. Del Toro tampoco cerró inicialmente el hueco, y luego se detuvo cuando Carapaz se negó a trabajar después de la subida, cuando la brecha en la CG había sido cerrada por el británico.
Yates rodó a la asombrosa velocidad de 6,2 W/Kg durante 59 minutos
(Lanterne Rouge) al final de una Gran Vuelta, y luego, con el apoyo de un Wout van Aert perfectamente colocado, abrió una brecha de minutos con los perseguidores que le llevó a conseguir una enorme maglia rosa, en la misma subida que acabó con sus sueños 8 años antes. Poesía en movimiento.
El fichaje de Yates ya fue un éxito absoluto tanto para el corredor como para el equipo, que nunca podrían haber imaginado que tendría un desenlace tan exitoso. Podría decirse que no hubo muchas celebraciones, como él mismo admitió, ya que poco después de unos días de descanso volvió al trabajo, mientras el equipo iniciaba sus últimos y completos preparativos de cara al Tour de Francia.
Yates formaba parte del plan, ya que el equipo buscaba dar lo mejor de sí para derrotar a Tadej Pogacar. ¿Una tarea posible? Pocos lo pensarían, pero el Visma era el único equipo que podía permitirse soñar con ello.
El apoyo de Yates al danés finalmente no fructificó, ya que el equipo tuvo que conformarse una vez más con el segundo puesto en la clasificación general. Su trabajo no pasó desapercibido, aunque se produjo en la segunda mitad de la carrera, mientras que en la primera se le dio un papel libre que supo aprovechar. En la sexta etapa, en la que Ben Healy se hizo con la victoria de etapa, se permitió a Yates trabajar en la escapada del día para terminar quinto.
Pero en la 10ª etapa, con el terreno menos explosivo del Macizo Central como telón de fondo de una jornada en la que Healy volvió a estar al frente, pero esta vez persiguiendo el maillot amarillo, Yates fue capaz de burlar y luego superar a la competencia.
Después de haber ganado dos veces en 2019, el británico fue capaz de ganar en el Tour una vez más seis años después, superando a Thymen Arensman en el final en la cima de Puy de Sancy. A nivel individual, no se le podía pedir mucho más a Yates en 2025, mientras que su papel para 2026 será un tema interesante, ya que Jonas Vingegaard correrá el Giro de Italia.
Simon Yates cierra 2025 como uno de los mejores años de su carrera