Laurens Sweeck terminó segundo en la Copa del Mundo de ciclocross en Koksijde, un resultado que refuerza su posición en la general, pero que dejó al belga con sensaciones encontradas sobre cómo se desarrolló la carrera.
Sweeck fue de los pocos capaces de responder cuando Mathieu van der Poel aceleró de inicio, llegando incluso a enlazar brevemente con el campeón del mundo en la arena. Pero la opción se esfumó enseguida. “Por un momento tuve buenas sensaciones, pero me dejé cerrar un poco tontamente”, explicó Sweeck después
a Sporza. “Luego encadené un par de titubeos en la arena. Quizá entramos en los tramos de arena con demasiada tranquilidad.”
De la persecución al control de daños
Cuando Van der Poel lanzó su segundo cambio de ritmo, Sweeck supo que la victoria se escapaba. “Tras la aceleración de Mathieu tuve que perseguir”, dijo. “Intenté cerrar el hueco, pero enseguida sentí que no iba a poder traerlo de vuelta.”
A partir de ahí, el foco pasó a asegurar la segunda plaza, con Tibor del Grosso y Niels Vandeputte apretando hasta las últimas vueltas. “En la última vuelta, en la duna Herygers, hice mi mejor paso por la arena”, detalló Sweeck. “Sentí que abría diez segundos allí, pero en la duna Albert ya estaban muy cerca otra vez.”
Para entonces, no quedaba nada en el depósito. “Iba completamente al límite”, añadió. “Pero la ventaja de ir delante es que puedes limitar los errores.”
Laurens Sweeck fue 2º en la Copa del Mundo de Koksijde
Grandes puntos, objetivo claro
Sweeck acabó defendiendo la segunda posición, un resultado de peso en la lucha por la Copa del Mundo. “Me llevo muchos puntos y eso es súper importante”, dijo. “Con dos podios consecutivos haces realmente una gran diferencia. Espero poder mantener esta dinámica.”
Un podio asegurado, puntos a la saca, pero también un recordatorio de lo implacable que puede ser Koksijde cuando se escapa el más mínimo instante.