La seguridad en el ciclismo siempre ha estado a la orden del día. Sin embargo, en los últimos meses se ha intensificado su presencia en los debates. La muerte de Muriel Furrer con solo 18 años en el Mundial de Zúrich 2024 provocó un antes y un después.
Recientemente, tanto Chris Froome como Wout van Aert han respaldado la idea de limitar las marchas para aumentar potencialmente la seguridad. Sin embargo, esta idea no ha sido acogida con agrado en todo el mundo del ciclismo.
Una de esas voces discordantes procede del cuatro veces ganador de etapas del Tour de Francia, Michael Rasmussen. En el programa Cykeltimen de Viaplay, el danés reveló su preocupación por la idea de introducir esa norma que podría limitar la cantidad de marchas en las bicicletas profesionales. "Rara vez se oye eso de corredores jóvenes y progresistas, y creo que esta iniciativa va en contra de todo lo que hemos visto en el ciclismo hasta ahora", comienza su explicación.
"La gente lleva 150 años pedaleando y todo ese tiempo se trataba de ir lo más rápido posible y desarrollar bicicletas para que fueran lo más rápidas posible. Imponer restricciones como en la Fórmula 1, no me lo puedo imaginar", continúa Rasmussen, comparando las posibles regulaciones con las que han mejorado la seguridad en el automovilismo. "La próxima vez que haya un accidente sobre adoquines oirás a la gente decir: '¿Cómo se pueden hacer más seguros los adoquines?'".
Aunque Rasmussen está vehementemente en contra de la idea propuesta por Froome y Van Aert, el danés puede ver por qué estos dos, de entre todas las estrellas del pelotón, han sido los que han presentado una propuesta así.
"Estos dos han estado expuestos a accidentes en situaciones relativamente sencillas", dice, señalando las caídas pasadas que tanto Froome como Van Aert han sufrido en sus respectivas carreras. "Froome se estrelló cuando pedaleaba solo y el viento soplaba en su dirección. Es más, luego propuso prohibir las bicicletas con marchas, porque eran demasiado peligrosas para circular. Es un poco loco", concluye Rasmussen.