En el último día, no ha habido otro tema de conversación más allá de la caída de
Tadej Pogacar en el
Tour de Francia. El esloveno se fue al suelo este miércoles en la etapa 11, haciendo saltar todas las alarmas.
A 4 km de meta, la estrella de UAE Team Emirates XRG sufrió un accidente tras chocar con la rueda trasera de Tobias Johannessen, de Uno-X Mobility. Por suerte para Pogacar, los favoritos a la general le esperaron, incluyendo a Jonas Vingegaard y
Remco Evenepoel.
Como gesto de deportividad, viendo que la victoria de etapa se disputó en la fuga, todos frenaron para esperar al esloveno y que no perdiese segundos en la general. Ilan Van Wilder, compañero de Evenepoel en
Soudal Quick-Step, incluso reveló que su líder lo exigió a gritos.
"Me llegaba mucho ruido al oído, pero no oí nada. Yo tampoco había visto nada de la caída. Sinceramente, no sabía que Tadej se había caído, pero Remco gritó: '¡Para, para, para!", dijo Van Wilder a Sporza sobre el accidente de Pogacar.
"Todo el mundo se paró, pero yo no tenía ni idea de por qué. Sólo en la línea de meta vi que estaba lesionado. Me quedé estupefacto. No entendía muy bien por qué se había parado la carrera. Creo que eso es importante. Espero que todos los demás hagan lo mismo si algún día es al revés", añadió.
Quick-Step, del lado de Evenepoel
El director deportivo de Soudal Quick-Step, Tom Steels, afirmó también que parar era la única decisión correcta:
"No lo hicimos. Hubo un poco de falta de comunicación, pero no se corre en un momento así. No es deportivo. Eso no se hace. Los corredores nunca deben hacer eso. La batalla debe librarse siempre de forma deportiva", señaló sobre el tema de debate candente en el mundo del ciclismo.