Se nota que el ciclismo profesional se encuentra atravesando la temporada baja. Ahora mismo, no hay otro tema en boca de todos que la polémica inhalación de monóxido de carbono por parte de los ciclistas para aumentar su rendimiento. Para algunos, esto se considera una nueva forma de doping.
Corredores como Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard confirmaron haberlo utilizado, pero ¿es legal? Sí, por ahora, pero ¿es moral? Eso es de lo que muchos aficionados al ciclismo no están tan seguros, y con razón, dado el turbulento pasado de este deporte, en el que algunos se saltan las leyes a la torera.
En su columna para Cyclism'Actu, el actor y aficionado al ciclismo Marc Fayet habla de las preocupaciones éticas que suscita el uso de monóxido de carbono y otras sustancias en el ciclismo. Fayet relata un encuentro reciente en París con un hombre que creía que era Bernard Sainz, también conocido como "Dr. Mabuse", famoso por su implicación en escándalos de dopaje.
Este encuentro le llevó a reflexionar sobre los persistentes problemas del dopaje y las ambigüedades morales del deporte. Fayet señala que, especialmente en noviembre, los ciclistas se encuentran en un periodo de reflexión y preparación para la próxima temporada.
Sugiere que, durante este periodo, algunos pueden caer en la tentación de buscar métodos ilegales para mejorar su rendimiento de cara a la temporada siguiente. Afirma: "Sin embargo, en un momento en que los rumores sobre las máquinas de monóxido de carbono, las cetonas y otras microdosis están de actualidad, las recetas del médico dudoso (prácticas de dopaje antiguas), como el que creí reconocer, parecen anticuadas".
Aunque no era médico titulado, Sainz llegó a ser conocido como el "Dr. Mabuse" por suministrar a los ciclistas sustancias no reguladas y remedios alternativos supuestamente destinados a mejorar su rendimiento.
Sus métodos a menudo violaban los límites legales, y a lo largo de los años Sainz se enfrentó a numerosas investigaciones y problemas legales, incluida una condena en 2018 por delitos relacionados con el dopaje. Muchos aficionados al ciclismo se estremecerán al oír su nombre, ya que les recuerda a Michele Ferrari, el infame médico italiano que dirigió la campaña de Lance Armstrong contra la EPO. Al igual que Sainz, Ferrari fue investigado por sus delitos y declarado culpable de fraude deportivo en 2004.