Tom Pidcock se alzó con la victoria en la
Strade Bianche el año pasado y esta vez estará en Siena con el número 1 a la espalda. Un grupo de corredores de gran calidad intentará arrebatárselo, pero el líder del
INEOS Grenadiers no siente la presión de ser el defensor del título ni de medirse a
Tadej Pogacar y compañía.
"He tenido una buena preparación para esta carrera. Hice un largo bloque de entrenamiento y algunas carreras para empezar el año. Ha sido una preparación constante", dijo Pidcock en un comunicado de prensa. "El cambio de recorrido sin duda cambiará significativamente la dinámica de la carrera. La carrera no pedía a gritos kilómetros extra, así que eso la hará un poco más dura. Eso es seguro. Cuarenta kilómetros desde Le Tolfe parecen muy lejos".
El recorrido será aún más difícil este año, pero no está claro si eso favorecerá o no al británico. En lo que va de temporada tampoco ha tenido actuaciones en carreras muy largas; fue sexto en la Volta ao Algarve y luego octavo en la Omloop Het Nieuwsblad. En Bélgica, en particular, no pudo seguir a los mejores cuesta arriba en esfuerzos que podrían convenirle. Sin embargo, el aspecto técnico de la carrera es una ventaja absoluta para el especialista en BTT y ciclocross.
"Es interesante empezar una carrera como último ganador, pero no siento ninguna presión extra. Es lo que hay. Por supuesto que me observarán más, pero eso no cambia mi forma de correr", admite. Con Tadej Pogacar y Tim Wellens en la línea de salida, habrá pocas dudas de que el UAE Team Emirates será el equipo que cargue con la responsabilidad.