Thomas De Gendt confiesa por qué no siguió luchando las generales tras el podio en el Giro de Italia 2012: "No podía soportar ese estrés"

El año 2024 marcará el final de la ilustre carrera de Thomas De Gendt, por lo que el simpático belga ha hecho un viaje por la memoria para recordar algunos de los momentos más destacados de su carrera.

Uno de los momentos más destacados de la carrera de este corredor de 37 años se produjo en el Giro de Italia de 2012. Demostrando su capacidad para la clasificación general, De Gendt terminó tercero en la general. "En el Giro de 2011 estuve muy bien en la última etapa de montaña y en la última contrarreloj. Entonces el equipo me dijo: vamos a probar contigo como corredor de clasificación. No fue idea mía", recuerda. "El plan en aquel momento era intentar estar con los mejores durante tres semanas en el Giro. Tenía que mantener la calma y perder el menor tiempo posible".

Con ese plan de limitar las pérdidas, De Gendt llegó a la penúltima etapa en 8ª posición de la general, a 5:40 de la maglia rosa. Al estilo típico de De Gendt, el belga se lanzó a la escapada en la 20ª etapa, se impuso en la cima del Stelvio y ascendió al 4º puesto de la general. "He estado yendo a un campo de entrenamiento de altitud al Stelvio desde que era un junior de primer año, con amigos de la época", explica De Gendt.

"Ese día había marcado. Había hecho la subida tantas veces que sabía dónde era empinada, dónde era más manejable. Cuántos kilómetros faltaban para el final", recuerda. "Era octavo en la clasificación y estaba contento con esa posición. Por otra parte, no tenía miedo de perder un puesto. Decidí limitarme a probar las piernas durante el vuelo, comer mucho y por eso no se me paró el motor aquel día".

En la contrarreloj de la última etapa, De Gendt subiría aún más hasta la tercera posición de la general. Desde entonces, sin embargo, la clasificación general en las Grandes Vueltas no ha sido su método preferido. En su lugar, se ha hecho famoso por sus hazañas de escapada, ganando cinco etapas de Gran Vuelta en total, junto con el maillot de la montaña de la Vuelta a España 2018.

"Después de ese Giro, yo era un corredor de clasificación para mí mismo. Pero no pude soportar ese estrés. No puedes tener un mal día, luego todo se acaba. En el Tour de 2013 la idea era correr una clasificación, pero después de tres días ya estaba a 45 minutos. Después de eso ya no quise hacer eso", concluye. "Quería correr de forma ofensiva. Entonces el estrés desaparece y no importa si pierdes tiempo. Quiero ganar otra etapa en la Vuelta. Entonces habré ganado dos en cada Gran Vuelta".

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