Este viernes, 10 de octubre, se ha celebrado el Día Mundial de la Salud Mental. En el deporte al más alto nivel, la presión a la que son sometidos los atletas muchas veces provoca que sufran de ansiedad o depresión. Por eso, sus testimonios son tan importantes. El último ha sido el del ciclista de
Lotto,
Robin Orins, que se prepara para correr
Il Lombardia 2025 con el equipo belga.
Robin Orins debería estar viviendo un sueño. En 2024, el joven belga brilló con luz propia en la categoría sub 23 con una temporada sensacional que prometía un futuro brillante al más alto nivel. Pero mientras sus compañeros lo celebraban, su mundo se apagaba.
Ahora, tras meses de silencio, terapia y redescubrir lo que significa volver a sentir alegría, el ciclista de 23 años ha vuelto al pelotón y está listo para hablar, no de vatios, victorias o ambiciones, sino de algo mucho más importante: la salud mental, en un post publicado en el sitio web oficial de
Lotto.
A finales de 2023, el prometedor joven firmó su primer contrato profesional con el Lotto Cycling Team. Acababa de ganar la edición sub 23 de la Omloop Het Nieuwsblad, se había proclamado campeón nacional contrarreloj y había impresionado en el Mundial de Zúrich. Parecía la plataforma de lanzamiento de una brillante carrera profesional. Pero no fue así.
"Física y mentalmente, estaba completamente vacío. Mientras otros celebraban su temporada baja, yo sufría ataques de pánico y lloraba durante horas, tratando de reencontrarme con mi propio 'Yo'. Tenía miedo, incluso de mí mismo", escribió Orins.
El miedo le paralizaba. En lugar de prepararse para su debut como profesional en primavera, desapareció de las carreras y de la vista del público. Durante meses, sin resultados, sin entrenamientos, sin entrevistas. Sólo silencio.
Lotto se prepara para Il Lombardia con Robin Orins
Con el tiempo, el belga buscó ayuda. Psicólogos y un psiquiatra pasaron a formar parte de su realidad cotidiana. También la medicación: "De repente, todo me golpeaba 10 veces más fuerte. Pero en cuanto tuve una experiencia positiva, me di cuenta de que aún podía sentir algo bueno".
El camino de vuelta fue lento y frágil. Un trote corto parecía monumental. La primera vez que volvió a subirse a la bici, le pareció extraño: "Me sentía como un extraño en el mundo. Pero volvió a resultarme familiar. Aprendí a vivir con mis miedos".
La valentía de Robin Orins
A finales de julio, se alineó en el Tour de Valonia, y este fin de semana tomará la salida en Il Lombardia, el último monumento de la temporada. Para muchos corredores, es una carrera más. Para Orins, es la prueba de que sigue aquí.
"Estaba en mi último año como corredor sub23; era el año del 'deber ser'. La presión venía de mí mismo, no de otros. Quería convertirme en profesional, así que en mi cabeza tenía que vivir obsesivamente para ello. No creo que sea el único con esa historia".
"Hoy sé que hablar de ello ayuda. Y espero que cualquiera que esté pasando por un momento difícil pueda ver, a través de mi historia, que no está solo", concluyó.